Capítulo 21: ¡Felicidades, Ly!

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— No os vayáis aisléis a ver series, que en breve cenaremos. —advierte mi madre cuando forzosamente arrastro a Ly hacia la habitación, alejándola de la pequeña discusión que se había formado.

Con un suspiro agotado, cierro la puerta de nuestro cuarto en cuanto mi castaña cruza, llevándola de la cintura hasta la cama para dejarnos caer. Fundiéndonos en un intenso abrazo, mis labios picotean los suyos un par de veces, acariciando suavemente su rostro antes de suspirar y girarme para quedar boca arriba con cansancio.

— ¿Tú ves normal lo que dicen? Nosotros decidiremos como nos queremos casar. —murmura Ly abrazándose a mí con ternura.

— Sí. —respondo acariciando su espalda.

— Antes que gastarnos el dinero en invitar a gente irrelevante a nuestra boda, prefiero invertirlo en la luna de miel. —añade Ly levantando la cabeza para mirarme—. ¿Dónde iremos?

— ¿No es un poco pronto para decidir el lugar de la luna de miel? —comento riendo y estirando mi cuello para darle un suave beso—. Aún no estás ni prometida.

— Ya estás tardando. —exige sonriente mi castaña—. Y no estaría mal tenerlo hablado, ¿alguna idea?

— Siempre había pensado en Los Ángeles. —contesto un murmullo de interés.

— ¿Los Ángeles? Me gusta. —responde comenzando a acariciar mi pecho con el brazo que me rodeaba.

— Sinceramente, creo que nos divertiremos más en Hollywood que en una playa tropical. —comento escuchando reírse a Lily.

— Crees bien. —dice mi diosa despegándose y apoyando un codo en el colchón e inclinándose hacia mí, dejando su rostro a un palmo del mio.

— Además, el verdadero entretenimiento será secuestrarte en la cama de un buen hotel. —murmuro con una sonrisa mientras mi mano, detrás de su cabeza, la atrae suavemente hacia mis labios.

— Ah, ¿sí? —ronronea Ly sonriente.

— Sí... —asiento robándole un beso que se corta cuando una molesta mano llama a nuestra puerta—. ¿Qué pasa?

Sin responder a mi pregunta, la puerta de mi cuarto se abre, haciéndome fruncir el ceño cuando mi hermana se asoma sin entrar, suspirando y mirándonos con una mezcla de aburrimiento y cansancio.

— A cenar. —anuncia Sara haciéndole un gesto a Ly que ella parece entender.

— Ahora bajamos. —responde Lily apretándome más entre sus brazos.

— No tardéis que ya han encendido las velas. —comenta mi hermana cerrando la puerta y permitiéndonos escuchar sus pasos alejarse.

— ¿Vamos? —pregunta Ly mirándome cuando llevamos unos segundos abrazados en silencio.

— Vamos. —respondo con un suspiro, rompiendo el abrazo para ponerme en pie junto a ella.

Frenándola para darle un último beso, finalmente salimos de nuestra habitación para bajar las escaleras, encontrándonos el salón a oscuras simplemente iluminado con las velas puestas encima de una enorme tarta, provocando que tanto Lily como yo suspiremos ante lo que se viene.


*******


Desde que éramos unos simples niños, nuestros padres iniciaron la costumbre de celebrar nuestro cumpleaños de manera conjunta, aunque realmente el de Ly fuera al dia siguiente por haber nacido unos minutos después de medianoche. El día de mi cumpleaños solemos hacer la fiesta con los regalos y la tarta para ambos, dejando para el de Lily, al dia siguiente, la celebración en forma de excusión familiar al campo o a algún lugar de entretenimiento.

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