Cuando crees que nada puede hacer que cambies, que la vida no te puede traer algo tan nuevo que te haga ser más fuerte o incluso a veces más débil, es entonces cuando lo que nunca habías imaginado sucede.
En el momento más inesperado, en tan solo unos minutos o algunos segundos, puedes perderlo o ganarlo todo. Tu forma de ver las cosas, de afrontar la vida, todo se encontrará enfocado hacia ese simple hecho, aquella cosa que te ha convertido en lo que nunca imaginarias ser.
No te reconoces, aunque muchas veces tampoco te gustaría hacerlo, el sentimiento de rabia domina tu vida, la vida de los demás, no puedes evitarlo.