Pierdo el sueño,
pierdo el sentido,
vivimos perdiendo pero,
¿Por qué nunca olvido?
Si viviendo perdemos,
¿dónde está el sentido?
Que perdamos la cabeza para no sentir el miedo,
que lo bueno sea eterno,
que vivamos con pérdidas para que venga algo bueno,
que me pierda pero que sea contigo,
sólo contigo.
Perdiendo alegrías,
perdiendo tristezas,
todo se regenera,
todo tiene una moraleja,
que nos quieran por lo que somos y que si no que se pierdan,
alguien encontrará el encanto en su queja.
Vivimos llorando,
vivimos riendo,
yo no lo entiendo,
¿qué objetivo tiene todo esto?
Mirar el lado positivo,
mirar al resto,
es como decir que si estás bien no mereces nada de esto.
Por perder pierdo hasta la razón,
sólo digo tonterías,
demasiada contradicción.
Maldita maldición,
perdiendo la cordura,
pensando en el temor a que de tanto perder al final sólo me pierda yo.
Puestos a pensar en pérdidas pensemos en perder el miedo,
huir del bache que me hace pensar si retrocedo,
si me quedo estancada,
ahí,
en la pérdida,
en la nada.
Sigamos adelante,
escuchemos una balada,
bailemos nuestro baile,
en la pista,
nuestra pista,
la añorada.
Pienso en las pérdidas que no cesan,
que creo que no piensan parar,
poco a poco la vida te sorprende con algo más,
¿Por qué?
Olvidemos la monotonía,
perdamos la vergüenza,
perdamos la estupidez,
perdamos el miedo,
perdamos por fin el ayer...