Tarde, tarde para corregir, para evitar errores ya cometidos, situaciones imposibles de cambiar, a veces estamos ciegos.
Debemos darnos cuenta de los errores antes de cometerlos, tenemos que verlos, pensar antes de actuar, para que en un futuro no nos repercutan.
Pero en ocasiones parece que llevamos una venda en los ojos, que nos impide ver o predecir que lo que vamos a hacer no va a dar buenos resultados.
Incluso en aquel momento la que nos podría parecer la mejor opción, ahora mismo sin duda es la peor.
Esa impotencia de no saber qué es lo mejor para tu vida, que acciones no repercutirán de mala manera en nuestro futuro, es imposible saberlo.
Carpe diem, vive el momento, vivimos para vivir, y la vida es un conjunto de momentos improvisados, bien sean malos o buenos.
Si son errores, solo nos queda aprender de ellos, no podemos predecir un error antes de cometerlo, porque en eso consiste nuestra vida, en vivir y aprender de nuestros fallos.
No podemos estar toda nuestra vida lamentándonos por cosas que ya han pasado, el tiempo que ocupas en eso es tiempo que pierdes para ser feliz.