El cariño, algo tan innato en nosotros, es inexplicable la necesidad que tenemos las personas de recibirlo constantemente, pero a su vez de transmitirlo a los demás.
Nos gusta sentir esa sensación, pero es extraño, cuanto más cariño estamos compartiendo con alguien la mayoría de veces no nos damos cuenta de ello o no lo valoramos. No todo el cariño hace referencia a una caricia, un beso o un abrazo, muchas veces se demuestra con el simple hecho de compartir momentos con alguien con el que tienes un vínculo amistoso o familiar.
¿Por qué nos damos cuenta de lo que tenemos cuando lo perdemos o estamos a punto de hacerlo?
Es un misterio para algunos, aunque cada uno puede reflexionar sobre ello, puede que sea justamente por el miedo de que algún día vayan a cambiar las cosas y ese cariño se destruya, prefieres pensar que no existe, o simplemente no pensar en ello, te creas un escudo en contra de tus emociones para no sufrir.
Pero cuando te das cuenta de que has perdido el cariño de esa persona es cuando tu miedo desaparece, justo por el hecho de haberse cumplido y de haber desaparecido la posibilidad de estropear algo que si hubiéramos aceptado la realidad y lo que sentíamos en su momento no lo habríamos perdido.
Por ello, debemos dejarnos llevar por nuestras emociones sin pensar más allá, demostrar el cariño del tipo que sea a alguien no perjudicará tu relación con esa persona, solo la mejorará.
No dejemos que el tiempo nos traiga la melancolía del pasado y nos haga experimentar esa sensación tan bonita cuando ya no podamos compartirla con nadie, tan solo con nosotros mismos.