Los Wayne

Tarea

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Bruce: 39 años
Dick: 18 años
Jason: 16 años
Tim: 12 años
Damian: 9 años

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Damian supo que tanto su padre como sus dos hermanos mayores habían salido a patrullar. Alfred muy seguramente se quedaría en la cueva, para brindar apoyo, mientras que Tim lo más seguro es que esté viendo alguna serie con sus audífonos a todo volumen.

Sabiendo que no había muros en la costa, se levantó de su cama y un ligero temblor pasó por su cuerpo cuando abandonó el calor de sus mantas. Camino rápido hacia su maleta escolar, donde rebusco entre los diferentes cuadernos, hasta hallar una hoja arrugada.

"Realizar una maqueta sobre el sistema circulatorio"

Se leía con letra algo curva y deforme, chasqueo la lengua al ver que la fecha de entrega era al día siguiente. Lo sucedido fue que él había hecho todas sus tareas y había pasado toda la tarde jugando con Jason. Por lo que cuando su padre llegó para revisarle sus tareas, notó con horror cómo esa tarea no la había leído.

Antes de que su padre viera, arrancó la hoja y pensó que lo mejor sería hacer la maqueta cuando toda su familia estuviera ocupada y no le prestara atención.

Saco todos los materiales y comenzó su ardua labor, todo a mucha velocidad para cuando su padre y hermanos llegaran, él ya esté dormido en cama.

Tim bostezo, y salió a hurtadillas de su habitación por una taza de café, conociendo el horario de Alfred, supo que la cocina estaría sin supervisión por otros ocho minutos. Con rapidez y sigilo digno de un protegido de Batman, bajó las gradas hasta la cocina y tomó su taza para rellenarla con su bebida favorita.

Con el mismo sigilo subió las gradas, hasta llegar a la puerta de su habitación, pero un ligero sonido alertó que algo estaba mal. Se quedó en silencio, y agudizó el oído, escuchando con inquietud algunos sollozos. Temiendo que el pequeño de la familia tuviera una pesadilla, fue a la puerta de su hermano y la abrió.

La imagen que le recibió, fue algo bizarra, y sufrió un deja vu, logrando ver que en vez de Damian haciendo un deber a oscuras y solo con una pequeña linterna, era Jason que le murmuraba una y mil excusas e incluso sobornos. Tim alzó una ceja curiosa.

—¿Damian?

—Yo...— el pequeño, bajó la cara, apenado, pero también avergonzado que fuera su tercer hermano el que lo encontrara en tal situación. Pues todos sabían que, si Tim era bueno en algo, era en sus estudios.

—Te olvidaste de hacer una tarea— recalco lo obvio, cerró la puerta en silencio y se acercó a ver el avance del niño, que llevaba una maqueta toda manchada, lleno de pegamento, colorante rojo, espuma y letras deformes esparcidas por toda la madera.

—Sistema circulatorio— murmuró, y vio al niño que chasqueó la lengua.

—No le digas a papá— pidió. Tim solo sonrió y acarició los cabellos del pequeño que se tensó.

—Yo aun tengo esa maqueta, si quieres puedo arrancarle mi nombre y cambiarlo por el tuyo— sugirió, pero conociendo el carácter del pequeño, sabía que Damian preferiría un cero, que hacer tal acto. La reacción no lo defraudó, el niño lo volvió a ver enojado.

—Puedo hacerlo— gruñó.

—Es cierto que puedes— susurró, —pero puedo ayudarte un poco— Damian frunció el ceño pensando, para después asentir. —Espera aquí, iré por algunas cosas— salió de la habitación con el mismo sigilo, para volver con sus manos llenas de materiales, motores, líquidos y una linterna.

Cuando Tim estuvo listo, ayudó y guió al más pequeño para hacer la maqueta, ayudando solo en lo más difícil, como lograr que la sangre circulara e incluso el corazón latiera. Cuando acabaron ya habían pasado casi tres horas, los niños tenían sucias las manos, pero miraban orgullosos la maqueta.

—Gracias, Tim— Damian alzó la maqueta, viendo con admiración, al ver la sangre (falsa obviamente porque Tim mencionó que por cuestión de tiempo no podría conseguir sangre real) correr por las venas, y el corazón latir.

—¿Para qué están los hermanos mayores? — susurró ya cansado, a pesar del corto tiempo, el trabajo quedo como si lo hubieran hecho durante una semana, —sabes cómo funciona todo, también me viste hacer los motores, si te preguntan podrás responder todo correctamente— felicitó, pero sonrió enternecido al ver que el pequeño se frotaba los ojos con cansancio.

Ayudó al pequeño a llegar a la cama, limpiándolo con toallitas húmedas, y lo cobijó. Limpio toda la habitación a velocidad, pues escuchaba el tic tac del reloj, advirtiéndole que si no estaba dormido en quince minutos. El castigo que les caería sería malo.

—Timmy— llamó el pequeño, Tim volteo y sonrió enternecido, cuando Damian alzó las cobijas. Con felicidad se subió a la cama y durmió abrazado a su pequeño hermanito.

Cuando Bruce llegó del patrullaje, se aseguró que los mayores fueran a la cama, para pasar por las habitaciones de sus hijos menores. Al entrar a la habitación de Tim y ver como la cama estaba vacía, un pánico recorrió su cuerpo, fue a la habitación de Damian y soltó un suspiro al ver a los dos niños durmiendo pacíficamente en la cama.

—Que descansen— susurró, acomodando las mantas.

Al día siguiente, Damian regresó muy feliz y le mostró a Tim su nota perfecta.

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Me encanta ver la hermandad de Damian y Tim