XXXIV-Juego.

162 15 0
                                    

-Kim-susurró asustado Carter cerca de mi oído.

Me enojé un poco. ¿Ya se había retractado del plan sólo porque había matado a su noviecita?

No le contesté y miré a Kayle con una sonrisa sádica. Había caído al lado de Amanda y lloraba. Sentí la felicidad explotar en mi interior.

-¿Ves lo que se siente, padre?

-¡Yo sólo te intentaba proteger!

-Nadie se mete con la familia, Kayle, pasaste la línea.

-No planeas bien las cosas, ¡Estás loca!, ¡Loca!

-Kim-volvió a llamarme Carter y me volteé enojada.

Mierda.

Varios chicos nos apuntaban con armas y no recordaba bien en qué momento me había metido en un drama familiar de novela.

Ya se pasaban.

-¿Ahora qué?-Carter intentaba protegerme lo más que podía con su cuerpo y me puse la capota.

-Correr.

Antes de que pudiéramos movernos una voz familiar me dejó congelada.

-Kim, no-Me volteé y me topé con los ojos azules de Ariane. Kayle aprovechó mi distracción para moverse hacia un lado pero no me importó. Mi hermana estaba allí y la había extrañado demasiado.

-Ariane… ¿Qué…?

Antes de poder completar la pregunta vi  cómo mamá salía del ascensor si se acercaba. No entendía absolutamente nada, pero un frío aterrador llenó mi espalda indicándome que Carter ya no estaba detrás.

Sola de nuevo.

Contra la familia.

Miré esperanzada a mamá, las dos queríamos venganza, ¿No?

Ella negó con la cabeza y tomó la mano de Kayle. La única opción lógica que le encontraba a todo eso era que Lily no sabía que su “Amor” estaba haciendo todo esto para hacerla sufrir.

Afiancé el agarre en el mando de la pistola y suspiré.

-Quiero una explicación lógica-pedí, cerrando los ojos.

-Baja el arma y haré que todos se vayan, sólo quedaremos tú y yo. Te diré todo, todo en verdad. No mentiré.

Tiré la pistola al suelo y esperé a que la recogiera. Algo que había aprendido de los Blake era que siempre ganaban. No tenía oportunidad.

Tú también eres Blake.

-Bajen-ordenó mi padre y los guardias se dispersaron como corderitos.

-Pero-se quejó en cambio Carter.

-He dicho que bajen.

Mamá, Ariane y Carter bajaron con lentitud y esperé pacientemente a que quedáramos solos.

-¿Y bien?

Suspiró y soltó todo.

Cuánto deseé que se callara.

En ese momento acababa de nacer Carlo. Lo recuerdo perfectamente. Ese chico castaño que me miraba fijamente. No había heredado la mirada Blake, pero aun así lo quería demasiado como para quejarme.

Victor llegó al hospital con una mujer nueva. No era de extrañarse, ese hombre tenía a todas a sus pies. Tomó en brazos a su sobrino y empezó a hacer muecas extrañas. Victor nunca ha sido un mal tipo y por eso lo elegí.

La mujer que había llevado me miró fijamente y no pude evitar fijarme en lo guapa que era. Amaba a Firgana, no te imaginas cuánto, Kim, pero empecé a sentir algo nuevo, más intenso.

-Hola, soy Lily-me tendió la mano con una sonrisa coqueta y entendí inmediatamente que tenía que mantenerme alejado. Pero no podía. Había quedado flechado.

Las cosas empezaron a ir mal tan pronto como Victor se casó. Lily nos visitaba todos los días y el mayor error fue cuando Firgana salió de viaje con Carlo. Yo me había quedado trabajando y una noche tu madre llegó. No recuerdo bien, pero a los dos meses llegó con una prueba de embarazo y…, y…

Se lo contó todo a Firgana, todo. No la culpé cuando su fue. Entendía la traición y el sentimiento de ser traicionado. Pero eso no fue todo.

Arruiné completamente a Victor. Lily era la única mujer que ne verdad amaba y yo… yo se la quité.

Cuando naciste todos éramos conscientes de que nada iba a mejorar. Sólo traías problemas. Pelea entre Lily y Victor. Crisis económicas…

Y, una vez que te llevaba a mi casa para cuidarte, Victor simplemente explotó y empezó a golpearme. Todo se volvió borroso y ahí vino la mentira de mi muerte. Él creó todo eso porque sabía que si Lily creía que estaba vivo, seguiría amándome.

O lo que sea que sintiera por mí.

Me mantuve alejado por mucho tiempo, hasta que un día te vi salir de casa, tenías diez y me di cuenta que había perdido una de las etapas más importantes de la vida: Ver cómo crecía tu hija. Ese privilegio, en cambio, sólo lo gozó Victor.

Llegué con tanta rabia que quería venganza. Mucha venganza y mi único recurso era mi querido hermano, fácil de manipular. Empecé a obligarlo a que mintiera. Lo empujé a divorciarse y a dejarlas pero todavía faltaba más.

Tenía una novia en ese tiempo, murió.

Mamá murió.

Todos iban muriendo y eso aumentaba mi ira. ¿Adivinas quién era mi novia?

La madre de tu novio. Su padre se suicidó y yo recogí a los dos Lawler. Para también utilizarlos.

Muchas noches me pregunté por qué lo hacía, pero era inevitable. Se había convertido en una necesidad repentina.

Victor me obligó a visitar al médico. “Bipolaridad”, já. Estoy perfectamente y lo he demostrado. Quería matarte pero Carter, que sabía de tu existencia desde que lo adopté lo evitó. El pobre se enamoró. ¡Pero el amor es una mentira!, ¡Algo que no existe!, ¡Fue creado para arruinar vidas y malos augurios!

Ariane entró en el juego. Es como el ajedrez, tú mueves algunas fichas, yo muevo otra. ¿Estás lista para jugar?

“Bipolaridad”

Estaba en una terraza, sola, con un bipolar y una pistola.

Sí estoy lista para jugar.

Ask (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora