Capítulo 27: Realidad descubierta
Cuando salimos de la habitación, un Ian inquieto y con aspecto preocupado nos recibió.
-¿Y bien? ¿Alguien me va a decir de qué va todo esto?
-No.
Por la cara que puso, quedó claro que esa no era la respuesta que esperaba. Procuré no dar muestras de haberme dado cuenta, y acto seguido cogí un libro y me senté en el sofá a leer.
-Dime que estás bromeando.
No respondí, lo que pareció frustrarle todavía más.
-Está claro que vuestra conversación tenía algo que ver conmigo. No es justo que yo sea el único que no estuviera presente.
-No tienes pruebas de que tuviera algo que ver contigo, y tampoco eres el más indicado para decidir lo que es justo y lo que no.
Se enfadó, eso lo habría visto hasta un ciego. Sin embargo, cerró la boca y salió de la habitación.
Después de un par de horas, volvió. Era ya bien entrada la noche cuando lo hizo. O más bien, el día. La constante huida había retocado nuestro horario de sueño, por lo que los rayos del sol ya empezaban a clarear la oscuridad de la noche cuando lo vimos abrir la puerta y caminar hacia nosotros. Se sentó en el sofá al lado de Logan y se dispuso a mirar fijamente la pantalla mientras los personajes de la película que habíamos puesto se perseguían y disparaban entre sí. Si no hubiera sido por la expresión vacía y lejana de su rostro, habría pensado que era el único que le estaba prestando verdadera atención a la televisión.
-Parece que está amaneciendo.
-Deberíamos salir a desayunar. Ayer, entre toda la gente que había y lo cansados que estábamos casi no tuvimos tiempo de ver la ciudad.
-Estoy de acuerdo.
-Yo también.
Los tres nos quedamos callados esperando una cuarta respuesta que nunca llegó. Abel decidió intervenir apagando la televisión, pero no surtió efecto. Ian seguía mirando hacia la pantalla, ahora apagada, con la expresión en blanco y los ojos observando algo que no estaba en la habitación.
-Ian.
Silencio.
-¡Ian!
-¿Qué?
Por el tono sobresaltado de su voz, supuse que habíamos interrumpido una gran cadena de pensamientos.
-Vamos a desayunar fuera. ¿Vienes?
-Está bien.
-Voy a coger el dinero.
-Voy yo. Id saliendo vosotros.
Mientras caminábamos hacia la puerta, Abel se preocupó por nuestra salud y habló.
-Deberíamos intentar mantenernos despiertos todo el día, o vamos a acabar revirtiendo nuestro ciclo de sueño.
Logan parecía estar de acuerdo con su hermano.
-Tienes razón. Aunque tal vez sea mejor encontrar trabajo primero. Es algo que de todas formas tenemos que hacer, y si nos toca trabajar en el turno de noche, quizás lo del sueño no sea tan mala idea. Para ir acostumbrándonos.
-Entonces, está decidido. Iremos a desayunar en familia y después pasaremos el día buscando empleo; así también encontraremos algo para mantenernos despiertos. Daremos una vuelta por la ciudad hasta la hora de comer y estrenaremos la cocina. Luego, por la tarde, buscaremos en Internet. Con suerte, aguantaremos todo el tiempo despiertos. No hemos dormido en toda la noche, así que, si lo conseguimos, lo del sueño está hecho. Estaremos inconscientes en cuanto hagamos contacto con el colchón.
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Detrás de su sonrisa
General FictionEn una prisión de máxima seguridad, el bien y el mal se confunden, destinos opuestos se solapan y el amor con el odio se revuelve. Secretos mortales, crímenes olvidados y lazos de sangre que jamás deben salir a la luz se esconden, hambrientos de san...