Prólogo

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Era la última vez que me tocaba hacer el turno en la sección 12. Mañana acabaría mi primer mes de prueba y me llevarían a la sección de máxima seguridad. Recorrí con la mirada las celdas que me rodeaban. A partir de mañana dejaría de tratar a los presos comunes y me llevarían con los casos perdidos. ¿Mi misión? Conseguir una confesión. Por fin,  todos estos años estudiando la mente de las personas,  desde las mentes más sanas y felices hasta las más rotas y retorcidas,  me habían llevado hasta aquí. Hasta el momento en el que usaría todos y cada uno de mis conocimientos para conseguir que las personas más frías y calculadoras del mundo me contaran hasta el último detalle de los crímenes que los habían llevado hasta aquí. Por fin serviría para algo importante que ayudara a la sociedad a estar más segura. Para que ninguna niña pequeña sufriera todo lo que yo tuve que sufrir.

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Detrás de su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora