Capítulo 6.

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—Mario por favor, tengo que ir a trabajar—camino hacia el sillón en busca de mi bolso.

Mario resopla y se dirige a la puerta.

—Muñeca lo de la otra noche yo...

—No digas nada, no quiero oír nada ¿sí? Solo déjame ir a trabajar que estoy llegando tarde—Beso su mejilla y cuando salgo de la casa me jala del brazo.

Mario toma mi rostro y me besa, torpemente trato de seguirle el beso. Es raro que antes deseaba que me besara y sentía mariposas en el estómago, ahora no siento nada.

Se separa de mí y sonríe.

—Ahora si puedes irte muñeca—esfuerzo una sonrisa y salgo de la casa.

Suelto un suspiro y pido un taxi, Mario me retuvo en la casa y ahora estoy llegando tarde por primera vez.

Busco mi teléfono en mi bolso y marco el número de Tamara, necesito que conteste.

—Cala cariño ¿Qué paso, porque no estás aquí?

—Tam voy llegando tarde, tuve un problema ¿podrías cubrirme? —muerdo mi labio nerviosamente, hoy tenía que pasarle unos documentos al señor Jones.

—Claro cariño, pero el señor Jones ya pregunto por ti y Daniel dijo que ibas a llegar un poco tarde ¿lo llamaste o algo así? —pregunta y frunzo el ceño.

—No, no, pero dile a Daniel que gracias. Tam por favor cúbreme mientras llego ¿sí? Solo necesito 20 minutos

—Tranquila yo te cubro.

—Gracias, gracias te debo una—ríe y escucho voces.

—Tengo que colgar acaban de llegar unos señores.

—Bien de nuevo gracias—cuelgo y veo por la ventana.

El chofer me mira raro y frunzo el ceño.

—¿Pasa algo? —pregunto.

—Tiene... tiene el labial corrido—abro los ojos como platos y brusco un espejo en mi bolso y sí, Tengo el labial corrido.

Siento el calor subiendo por mis mejillas, el señor sonríe y me quito el labial corrido, maldito Mario.

—Gracias...

—Todo tenemos días apurados y estresados, pero eso creo que no fue por estar apurada—ríe un poco y niego con la cabeza.

—Todos mis días son estresados y hoy es primera vez que me atraso para el trabajo ¿cree que me maten? —juego con mis dedos.

—Siempre nos vamos atrasar en llegar al trabajo ¿ya ha visto el tráfico en esta ciudad? —inquiera y suelto una risita.

—Si, sí, pero es que... tengo un nuevo jefe y no quería que piense que siempre llego tarde. Él es tan... serio, pero a la vez no y atento, alto. Solo quería que no piense mal de mi—el me mira unos segundos y sonríe.

—¿Es atractivo?

—¿Qué? —abro los ojos como platos, no fue una pregunta fue una confirmación.

—¿Es atractivo?

Abro la boca y la cierro, no me salen las palabras. El ríe y siento que el auto se detiene.

—Ya llegamos linda—miro por la ventana y veo el edificio.

—Gracias...

Me llamo Carlos—me ofrece una tarjeta—si necesitas transporte puedes llamarme a ese número—sonrió y bajo del taxi.

Camino hacia el edificio, veo algunas personas subiendo y bajando por el ascensor. Saludo a Luke, el guardia de seguridad. Subo al ascensor marcando el numero 7 el conserje sube conmigo y sonrió.

De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora