Capítulo 13.

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Miro a Calem quien me explica todo lo que tengo que hacer para poder encerrar a Mario en la cárcel más con una orden de alejamiento mientras vamos a juicio porque Calem quiere que mientras entremos a juicio Mario no se acerque a mí por ningún motivo.

Estoy asustada.

Asustada de todo esto.

Asustada de lo que pueda pasar y porque por fin tengo la oportunidad de ser libre.

—Bien podemos ganar te lo aseguro y más si tenemos evidencia de sus maltratos, ahora dime, ¿alguna vez has sacado fotos a tus hematomas? —Pregunta y mi estomago se revuelve.

—Si... en mi celular, pero tambien tengo ahora mismo algunos rastros de la ultima vez que me puso una mano encima—respondo señalando mi rostro donde en mi mejilla se encuentra el hematoma que me dejo en el baño.

Asiente y puedo ver como aprieta sus manos, es muy joven para esto no pasa de los 20 años.

—Bien le pasare una cámara a Jessie para que fotografié los hematomas que tienes todavía ¿sí?, si no estas preparada puede ser otro día—niego varias veces.

—No, quiero que esto se acabe lo más pronto posible así que puedes traer la cámara para que Jessie pueda fotografiar.

Asiente y nos levantamos, los chicos fueron al patio para darnos privacidad, mi corazón está latiendo con fuerza.

Caminamos hacia el patrio y Calem llama a Jessie explicándole todo, Cassian se acerca a mi y me lleva hasta el baño.

—¿Estas segura Sol? —pregunta y asiento.

—Si, pero ¿puedes hacer algo por mí?

—Lo que sea lo haría Cala—murmura.

—¿Puedes quitarme el maquillaje? No quiero ver mi mejilla—susurro bajando la cabeza y el sostiene mi barbilla haciendo que lo mire.

—Claro que puedo, no tienes que avergonzarte por eso, Sol seguirás igual de hermosa con o sin ese hematoma y ese labio roto. Un golpe no te define Cala Wood—acaricia mi mejilla y cierro los ojos.

Me sienta en el lava manos y no abro los ojos, escucho movimiento en el baño hasta que unas manos abren mis piernas haciéndome abrir los ojos de golpe.

—Tranquila así es mejor y más cómodo—susurra y su voz sale un tanto ronca, trago grueso y vuelvo a cerrar los ojos.

Me sobresalto cuando siento algo helado tocar mi mejilla, pero es una toalla húmeda para quitar el maquillaje. Siento su respiración en mi nariz y muerdo mi labio.

—No hagas eso—murmura y dejo de respirar cuando se dedo pasa por mis labios—. Me desconcentras.

Asiento y me remuevo un poco nerviosa y unas manos agarran mi cintura con fuerza.

—Cala—advierte.

—Lo siento—susurro—. Es que estas demasiado cerca y me pones nerviosa.

—¿Te pongo nerviosa? —su tono de voz cambio y aprieto los muslos.

Dios....

—Aja—es lo único que logro decir y siento su respiración en mis labios.

—No te muevas o terminare haciendo otra cosa que no es quitar el maquillaje.

Asiento y trato de relajarme, pero es imposible teniéndolo tan cerca, ¿Por qué me siento como si estuviera una montaña rusa y en el estomago se te forman mariposas?

Cuando termina besa mi frente antes de alejarse, la incomodidad de que me vea con el golpe me carcome, pero no hago nada solo lo miro cuando me acaricia la mejilla.

De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora