Capítulo 2.

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Paso mis manos por mi cabello mientras el agua cae sobre él, me levante temprano para no ver a Mario, pero resulta que él ya se había ido y agradezco eso. hoy no sé cómo mirare a los ojos a las chicas y a mi jefe no quiero que piense que mi reacción influye en mi trabajo, no dejare que eso afecte mi trabajo, ni Mario, ni nadie hará que deje de trabajar para ganar mi propio dinero para que algún día poder irme de este infierno de casa.

Salgo de la ducha envolviendo mi cuerpo en una toalla, me miro al espejo viendo mi rostro donde se encuentra un gran y morado moretón en mi pómulo, suspiro y paso mis dedos por mi cabello rubio desenredándolo. A veces pienso que si mis padres no me hubieran dejando en las puertas del orfanato tan solo con dos meses de nacida mi vida seria deferente, tendría amor, una persona quien me ame y no quien me maltrate o engañe, si, Mario me engaña con su jefa de trabajo desde hace dos años. lo es desde el principio y cuando le pedí explicaciones lo único que recibí fue una abofeteada, dijo que lo ofendí.

Yo siempre he respetado a las personas, aunque ellos no hagan lo mismo, solo no puedo tratar mal a las personas, creo que todas las personas se merecen respeto y creo que eso ha hecho que me humillen, no puedo sacar mi voz y defenderme eso es parte mi culpa por ser buena persona y pensar que si respetas a alguien ella también lo hará, pero solo gano golpes e insultos. Soy una persona que cree que no necesito humillar a las personas para sentirme mejor conmigo misma.

Muchas personas dicen que soy ingenua por pensar que las personas que hacen malas cosas van a cambiar, creo que ellos son de esa forma es porque todavía no están bien con ellos mismo y que por esa razón tratan mal a las personas, para sentirse bien con ellos mismos, cosa que es muy triste, pero yo creo que ellos en algún momento se darán cuenta muy tarde o temprano y querrán ser mejores personas.

Siempre trato de sonreír y verle el lado positivo a las cosas, siempre trato de verme con energía en mi trabajo porque es el único lugar donde puedo olvidar los golpes y gritos, las chicas son buenas conmigo hasta mi ex jefa lo era y sigue siendo, ella fue la primera en darse cuenta de que Mario era agresivo conmigo no dijo nada solo me sonrió y dijo que todo iba a estar bien, ahora tengo miedo de cómo va ser el señor Jones, él no es la señorita Sofia.

—Vamos a tapar ese feo moretón para que nadie lo vea—comento abriendo mi bolso de maquillaje.

Me miro al espejo mientras trato de desaparecer el moretón, no quiero que nadie lo vea y mucho menos que hagan preguntas, siempre trate de no hablar mucho de mi relación con Mario con las chicas, solo saben que es celoso y nada más.

Sonrió a medias cuando termino y tomo mi cabello en una coleta, Mario me mataría si viera que tengo maquillaje en mi rostro, dice que las putas se maquillan. Arreglo mi falda azul oscura antes de agarrar mi saco negro para salir de la casa, suspiro y cierro la puerta detrás de mí.

Conduzco mientras pienso sobre en mi vida y trabajo ¿Cuánto tendré que soportar a Mario para ser libre? quiero tener mi propio dinero para irme lejos de él, tengo miedo, lo admito. quisiera ser valiente y enfrentarlo, pero no lo soy, no soy fuerte y me aterra que algún día Mario llegue lejos y termine matándome por sus ataques de celos.

Me pone de nervios ir a trabajar y que de nuevo Mario aparezca haciendo una escena de celos delante de todos mis compañeros y jefe, no quiero que mi jefe piense mal de mi porque mi trabajo es muy importante para mí y si por culpa de Mario me despiden me volvería loca. conozco a Tamara y Roxana hace tres años y por Mario solo las veo en el trabajo muy pocas veces salgo con ellas porque se vuelve loco pensando que es un hombre.

***

—¡Cala que radiante te ves hoy nena! —exclama Roxana.

Doy una vuelta y hago una pose como si estuviera modelando, las chicas silban y gritan haciéndome reír.

De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora