Capítulo 11.

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Miro las nubes por la ventana del avión y escucho a Cassian hablar con una azafata.

—Sol ¿quieres algo? —volteo y veo que tiene una botella de agua en sus manos con unas galletas.

Siento el rubor subir por mis mejillas por lo que voy a preguntar.

—Ohm... ¿Tiene pudin de chocolate? —muerdo mi labio nerviosa.

—No linda no tenemos, pero tenemos chocolates, Nutella que la puede comer con unas galletas o....

—Está bien unas galletas por favor—sonrió y ella me devuelve la sonrisa antes de irse.

El avión se mueve y cierro los ojos con fuerza agarrándome de lo primero que mis manos atrapen, siento una caricia en mi mano y abro los ojos mirando mi mano. Una grande mano esta debajo de la mía, dios que pequeña se ve subo la mirada y me encuentro con los ojos del señor Jones quien me mira divertido.

—Lo siento... es primera vez que me subo a un avión yo...—me interrumpe arreglándome el gorro de lana color café que me entrego al salir de su departamento, dejo de respirar cuando besa mi frente.

—Puede tomar mi mano todo el viaje si quiere no tengo ningún problema, recuerde que no la soltare—dice y toma bien mi mano en la suya, lo miro y el solamente se entretiene leyendo un libro sin soltar mi mano.

Está usando gafas y frunce ligeramente su entrecejo cada vez que pasa una página del libro como si en el libro pasara algo y el no lo pudiera creer. Llega la azafata con mis galletas y se retira.

Sin poder evitarlo sonrió y me acomodo mirando por la ventana. Desde que acepte que el señor Jones me ayudara no me eh alejado del tampoco me ha dejado hacerlo, Según los hombres del señor Jones nos informaron fue que Mario está bien y que el golpe no fue tan grave como parecía, pero pasara dos días en el hospital en revisión. El señor Jones aprovecho para cancelar su junta en nueva york para ir conmigo.

El señor Jones me propuso que fuera con él a nueva york donde vive el hombre que llamo el otro día llamado Joe Devot, dijo que comprometida tiene un amigo que es uno de los mejores abogados de la ciudad y que puede ayudarme con lo del Mario, tenía miedo, miedo de decir la verdad, pero recordé lo que el señor Jones me dijo "Ya tienes las alas, Cala solo necesitas que alguien te enseñe a volar sin dejarte caer" y estoy dispuesta prender a volar para salir de ese horrible lugar donde alguna vez llame hogar.

Cierro los ojos y apoyo mi cabeza en la ventana, pero una mano en mi cabeza lo impide y miro al señor Jones quien niega y recuesta mi cabeza en su hombro.

—Así es más cómodo—asiento con los ojos cerrados y me acomodo a su lado, entrelazo nuestros dedos antes de caer rendida.

CASSIAN JONES.

La miro dormir apoyada en mi hombro y solo deseo ponerla en una caja y cuidarla sin que nadie ni su maldito esposo le haga daño, quiero golpearlo como nunca lo he hecho antes. No soy de golpes, pero a una mujer no se le falta el respeto y menos se le golpea como ese imbécil lo ha hecho con Cala, con mi sol.

Cuando la vi apoyada en la pared abrazada a ella misma temblando solo quise abrazarla y cuidarla de todo mal, quería subir a su departamento y acabar con lo que hizo con su marido. Me alegro que se haya defendido porque todavía no era tarde para salir de ahí, nunca es tarde para salir de un lugar lleno de maltrato.

Cala no merece nada de lo que ha vivido, ninguna mujer lo merece, nadie lo merece.

La idea de buscar la familia de Cala ronda por mi cabeza y ya no perderé tiempo en eso, ya tengo a Germán investigando ese tema. Ahora me enfocare en que Lía, la comprometida de Joe se ponga en contacto con su amigo abogado y le cuente para que nos ayude. No me quedare de brazos cruzados y hare que se divorcie de ese monstruo y que él tenga una orden de alejamiento, porque si lo llevo a ver cerca de ella lo matare ni siquiera lo dudare.

De CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora