siete

1.3K 85 4
                                    

Estaba bailando con Victoria súper pegadas.

Todo hay que decirlo , había bebido, y bastante, me lo merecía después de haber trabajado hoy y estos últimos meses.

Victoria bailaba demasiado bien y yo me movía como un pato mareado definitivamente, así que lo único que había entre nosotras eran risas.

De un momento a otro sentí como dos manos se posaban en mi cintura, menudo susto me di.

Justo cuando me giré y levante la mano. Vi que era Damiano, que alivió.

— Bailas muy bien eh — dijo riéndose.

— Dami no te burles de mi anda — dije un poco enfadada.

— No te enfades pequeña, lo hago para meterme contigo solo — dijo riéndose otra vez.

Seguimos bailando, moviéndonos fatal los dos, hay que admitirlo, pero las risas estaban aseguradas.

Empezó a sonar una canción un poco más sensual digamos. No tuve mejor idea que pegarme a Damiano para bailarle.

— Alessia que haces? — dijo con la respiración acelerada y mirándome.

— Shh, déjate de llevar — dije poniéndole un dedo encima de sus labios para simular que lo callaba.

— Ale, pequeña, estás borracha, no quiero que esto se nos vaya de las manos — dijo cogiéndome por la cintura haciendo que lo mirase a los ojos.

— Vamos, no seas agua fiestas, te gustará — dije con un puchero en la cara.

— Ale, enserio — dijo un poco nervioso.

— Sabes que Dami? Eres un agua fiestas, mejor me voy con Victoria a bailar — dije deshaciéndome de su agarre.

— No no, espera — dijo estirando de una de mis manos — No te vayas, enserio — dijo un poco triste.

Otra canción igual volvió a sonar.

Ya me daba igual todo, pensaba bailarle otra vez , esta vez más pegados.

Vida solo hay una, no voy a perder la oportunidad.

Eso mismo hice, le bailé otra vez. Esta vez, el soltó el nerviosismo, y me siguió el rollo.

Dios con este chico, me va a volver loca.

Sus manos no se despegaban de mi cintura, nos movíamos al compás, éramos un puzzle perfecto en ese momento.

De un momento a otro, note como sus manos subían un poco más arriba de mi cintura. Exactamente a mi cuello.

Como siga, no voy a resistirme en besarle.

Empezó a apartar mechones poco a poco. Yo ya estaba súper nerviosa. Pero me estaba gustando.

Note su respiración en mi cuello.

Este hombre definitivamente, me a vuelto loca.

Cuando menos me lo espere , empezó a darme pequeños besos en el cuello. De una manera muy delicada. También aprovechó en agarrarme del cuello en ese momento.

Damiano David, definitivamente, acabas de activarme.

Era mi hora, nada iba a pararme.

Me giré, lo cogí yo a él del cuello, y sin dudarlo, junté sus labios con los míos.

Me siguió el beso.

Era un beso lleno de pasión, de necesidad y de una pizca de amor.

Cuando nos separamos, nos miramos a los ojos.

— Dios , Alessia — tragó saliva — Esto a sido lo mejor que he experimentado en mi vida — dijo mirándome a los ojos.

Era el momento, tenía claro lo que iba a hacer.

Le cogí del brazo sin pensarlo. Lo lleve en dirección a los ascensores.

El ascensor se abrió, y cuando se cerró, marque la planta de mi habitación.

Volví a besarle, con mucho más deseo esta vez.

El otra vez me lo siguió, pero esta vez sus manos bajaron a mi culo, no dudo en agarrarlo.

— Ale, dame la tarjeta de tu habitación, ya abro yo — dijo con la respiración agitada.

La busqué y se la di. Seguimos con nuestro beso.

Me cogió en brazos y siguió besándome como podía hasta llegar a la habitación. La puerta también la abrió como podía.

Cuando estuvimos dentro, me estampo contra la puerta misma y empezó a dejar besos salvajes por mi cuello.

— Dami está seguro de lo que estamos haciendo? — pregunté como pude.

— No he tenido cosa más clara en mi vida — dijo también cómo pudo — No sabes las noches que he deseado este momento.

He escuchado bien, el chico que tenía delante, el mismísimo Damiano David me deseaba.

No sabes lo que quiero hacerte, Damiano.

Que quieres hacerme? — dijo con una mirada pícara.

Mierda, había pensado en voz alta.

Ya daba igual, iba a aprovechar esta oportunidad.

Volví a besarle salvajemente, esta vez tenia yo el control.

Lo tumbe en la cama, y me puse encima suyo.

La noche que te espera mi querido Dami. No sabes cuanto llevo esperando este momento.

Amor sin fronteras // Damiano DavidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora