cuarentaitres

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* Narra Alessia *

Me desperté porque ya había dormido lo suficiente.

Me giré y pude ver a un Damiano sumido en sus pensamientos y mirándome fijamente.

— Buenos días — dije acariciandole la mejilla.

El se sonrojó.

— Buenos días, preciosa — dijo dándome un beso.

Nos levantamos a desayunar y a ordenar un poco el piso, ya que estaba patas arriba.

••••••

Estábamos sentados con los chicos en la terraza de un bar que había cerca de casa, tomando algo.

Habíamos pensado que sería lo mejor, pasar tiempo juntos.

Yo estaba entre Damiano y Victoria sentada, justo en frente estaban Thomas y Ethan.

Estábamos los cinco tomando café, como buenos adictos que somos a él.

— Tendríamos que llevar a Alessia a la casa Måneskin — dijo Victoria.

— Si, la verdad es que no estaría mal — dijo esta vez  Thomas.

— Que es la casa Måneskin? — dije un poco dudosa.

— Es una casa que tenemos a las afuera de Roma. Cuando queremos componer y a la vez desconectar, siempre nos vamos un par de días ahi — dijo Damiano mirándome — Tenemos piscina y de todo — dijo sonriéndome.

— Pues os propongo una cosa — dije poniéndome derecha — Cuando volvamos otra vez de la gira promocional, nos cogemos unos días de descanso, y nos vamos todos juntos ahi, os parece bien? — dije murándolos a todos.

Todos asintieron.

Pasamos la tarde entre risas.

Fuimos a dar un paseo todos juntos a Villa Borghese.

Me acuerdo de cuando venía aquí de pequeña y lo mucho que me gustaba admirar los preciosos jardines de este sitio.

Me alegra saber que siguen igual de bonitos.

Damiano me saco del trance en el que estaba mientras admiraba el alrededor.

— Los chicos esta noche quieren venir a casa, a cenar — dijo cogiéndome de la mano — Espero que no te importe.

— Claro que no, pero pediremos comida a domcilio — dije riéndome.

— Vale, no te preocupes — dijo Damiano pasándome el brazo por encima de los hombros.

••••••

Damiano y yo estábamos poniendo la mesa para cuando llegaron los chicos.

De la nada tocaron el timbre, eran ellos sin duda.

Fui a abrir la puerta y me encontré con una Victoria cargada con una bolsa con bastantes cosas dentro.

Les deje entrar a los tres.

Quise mirar que tenía Victoria en la bolsa, pero no alcancé a verlo.

— ¿Vic que llevas en esa bolsa? — dije mirándola.

— Cervezas, amiga mía, no solo vamos a cenar, vamos a beber un poco todos juntos — dijo dando mini saltitos.

Yo negué y me reí.

Menuda noche nos esperaba.

La acompañe a dejar las cervezas en la nevera y pedimos la cena.

Habíamos pedido comida china.

Aunque Damiano hizo un poco de berrinche porque el no quería, pero al final lo convencimos.

Cuando llegó la comida, nos sentamos todos en la mesa y empezamos a cenar.

Cuando me di cuenta faltaban las bebidas, así que fui a buscarlas.

Las traje y les di una a cada uno de momento.

Los chicos empezaron a hablar de sus cosas, de sus vidas y de anécdotas.

Yo me reía, aunque no hablaba ni decía nada, porque es que no sabía que decir sinceramente.

Pero tener la mano de Damiano en mi muslo me reconfortaba porque me estaba teniendo en cuenta, me estaba teniendo en cuenta en la situación que había.

Acabamos de cenar y fui a por algo de postre a la cocina.

Los glotones se lo comieron como si fuesen niños pequeños básicamente.

Después empezamos a beber de verdad.

Íbamos ya un poco mal todos, porque habíamos bebido bastantes cervezas, pero nos lo merecíamos después de un montón de viaje y de la grabación del videoclip, que seguro iba a ser un éxito.

Otra vez estaban hablando de la vida y demás.

Yo estaba sentada en el regazo de Damiano mientras le acariciaba la nuca, cosa que sabía que a él le tranquilizaba y le hacía sentir bien.

— ¿Chicos, porque no jugamos a verdad o reto? — preguntó Victoria desde el suelo.

Si, estaba sentada Victoria en el suelo.

— Por mi vale, pero no pongáis retos raros que os conozco — dije mirándola.

Note que el agarre de Damiano en mi cintura se hacía más fuerte, eso significaba que no le gustaba la idea, pero no iba a protestar, así que empezamos a jugar.

Amor sin fronteras // Damiano DavidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora