Se conocieron en su infancia, tanto el uno como el otro fueron su primer amor, pero un imprevisto y la distancia los separó.
Años después, por cosas de la vida, sus caminos vuelven a juntarse por el famoso concurso de Eurovision...
Será verdad esa f...
Damiano y yo nos levantamos a la vez, parecía que teníamos telepatía o algo..
Nuestro vuelo salía en dos horas, era pronto aún, peor había que revisar que no faltase nada para llevarnos.
Revisamos si faltaba algo, y fuimos dirección al aeropuerto.
Nos paso a recoger la camioneta que nos iba a llevar al aeropuerto con los chicos ya dentro.
Victoria me saludo amablemente como siempre, al igual que Ethan.
Thomas se había quedado dormido nada más subirse, segun lo que nos había contado Ethan.
El camino fue bastante tranquilo, iba con la cabeza apoyada en el hombro de Damiano.
Llegamos al aeropuerto y pasamos los controles necesarios.
Los chicos pararon más de una vez a hacerse fotos con fans, cosa que a mi me encantaba ver, porque así se veía los humildes que eran.
Entramos al avión después de todo eso, y nos acomodamos en nuestro asiento.
El avión despegó después de un rato de espera.
Yo estaba al lado de la ventanilla, admirando las vistas que podía ver desde ahí.
El mundo es realmente precioso si lo ves desde arriba, sin duda alguna.
A medio vuelo me quede dormida apoyada en la ventana, cosa que Damiano aprovecho para a hacerme fotos y reírse de mi, según lo que me contó al despertarme.
••••••
Acabábamos de llegar al hotel.
Habíamos decidido alquilar una habitación para todos.
Esta genial idea había sido de Victoria. Decía que era lo mejor ya que solo íbamos a estar una noche y mañana temprano nos íbamos a Austria. Cosa que finalmente le hicimos caso porque sabemos que ir cuando quiere es muy cabezota cuando le dicen que no.
Dejamos las maletas en la habitación y fuimos a comer la restaurante del hotel.
Cuando ya teníamos la comida nos sentamos.
— Chicos, en un par de hora tenéis una entrevista bastante importante — dije cogiendo el tenedor — Así que os quiero arreglados y peinados cuando acabemos de comer vale? — dije mirándolos.
Todos asintieron.
Comimos entre risas, por una cosa que había pasado en el aeropuerto.
Thomas había recién cogido su maleta y como un niño pequeño, se subió a ella y la utilizó para desplazarse hasta la salida. Aunque justo cuando estaba pasando la puerta de salida se cayó de cara y nosotros empezamos a reírnos.
Habían fans esperando porque se habían enterado de que íbamos y todas automáticamente fueron a ayudar a Thomas mientras nosotros nos reíamos.
Thomas se levantó y nos enseño el dedo de en medio.
El pobre aún estaba un poco enfadado por que nos hubiésemos reído, pero ya se le pasaría.
•••••
Justo habíamos acabado la entrevista que teníamos pendiente hoy.
Nos habíamos echado unas risas demasiado buenas.
A los chicos les hicieron jugar un yo nunca nunca, para alegrar el ambiente.
Les preguntaron sin alguna vez se habían enamorado, y la mejor respuesta fue la de Damiano.
— Si, cada vez que me miro en el espejo — dijo riéndose.
Como se nota que este hombre sabe que es guapo y que le moja las bragas a media europa, o a medio mundo.
Ahora estábamos yendo dirección al hotel porque ya se había acabado nuestra jornada aquí.
Cuando llegamos, habían fans en la entrada.
Les pidieron fotos y autógrafos a los chicos, cosa que no se negaron.
Pero hubo una cosa que me sorprendió.
Una chica, adolescente seguramente, me pidió que saliese yo también la foto que iba a hacerse con el grupo, porque formaba parte de él quiera o no.
Sonreí como una tonta ante eso, y le hice caso, pose para la cámara.
Cuando acabamos el rato con las fans fuimos directos a la habitación.
Me tire a la cama, y observé un par de fotos que les había echo hoy a los chicos, estaban realmente preciosos.
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Mi favorita sin duda era esta.
La mirada penetrante de Damiano en esta foto era mi debilidad, lo admito.
— Deja de babear, que ya se que soy guapo — dijo detrás mío.
— Tampoco te lo creas mucho — dije riéndome.
— Me lo creo, porque si no lo fuese, no te haría retorcerte de placer cada vez que te toco — dijo al lado de mi oído.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo.
— Estas jugando sucio, David — dije con los ojos cerrados.
— Era la intención, Fiore — dijo acariciándome el brazo.
No podíamos hacerlo, los chicos estaban justo en la sala de al lado y no era plan tampoco, pero me apetecía provocarle.
Me levante y me puse el pijama, delante de él.
Deje caer la prendas suavemente, porque sabía que me estaba mirando, note su mirada encima mío.
Cuando acabe y me giré, me fui directa a la cama.
— Tiene suerte de que los chicos estén detrás de esta pared, si no, créeme, que te dejaba sin caminar una semana ahora mismo — dijo en mi oído.
Otro escalofrío recorrió mi cuerpo.
— Cuando volvamos a Roma, te daré una de las mejores noches de tu vida — dije pícaramente.
El suspiro, porque le había gustado lo que le había dicho.
Tras esa conversación, nos metimos en la cama, pusimos la alarma para mañana poder despertarnos e ir a Austria.
Damiano me abrazo por la zona de mi barriga, y ahí apoyo su cabeza.
Al cabo de los minutos, caí como siempre, en los brazos de Morfeo.
