veintiseis

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Me desperté porque escuché un móvil sonar. Mire si era el mío, pero no, era el de Damiano.

Fui a mirar por curiosidad quien lo estaba llamando.

En la pantalla estaba escrito "Giorgia".

Por redes sociales había visto que la tan Giorgia está, era la ex de Damiano, y no me hacía gracia que lo estuviese llamando.

El apareció por la puerta y fue a mirar su móvil, cuando vio de quién se trataba soltó un suspiro bastante largo, lo cogió y salió de la habitación.

Damiano había entrado en la habitación, sabiendo que yo estaba despierta y ni siquiera me había dicho nada.

Salí de la habitación por curiosidad para escuchar que estaba hablando con la tal Giorgia.

Mire en el comedor y no estaba, hasta que logre escucharlo en el baño, y hacia allí me fui.

Escuché como el no paraba de suspirar y decirle que no a un montón de cosas que yo no tenía ni idea de que se trataba.

Hasta que escuché que le dijo que se verían mañana por la mañana.

Yo me quedé flipando ante eso, estaban discutiendo y ahora querían verse? Grande Damiano David, eres muy inteligente.

Me cabreo haber escuchado eso y mucho.

Necesitaba salir, necesitaba que me diese el aire.

Así que fui al recibidor y me puse mi calzado, cogí las llaves de la madre de Damiano, para luego poder volver a entrar.

Cuando estaba ya cerrando la puerta, un Damiano sin camiseta apareció.

— Donde vas? — me preguntó preocupado.

— A dar una vuelta — dije secamente — Quiero estar sola — dije mirándolo a los ojos.

— Dios, que te pasa? — dijo preocupado.

— Tu sabrás lo que haces y dices Damiano, pero si no te importa yo me voy a dar una vuelta, y más te vale no seguirme — dije mirándolo.

No le di tiempo a decir porque cerré la puerta en su cara.

Salí del edificio y me fui donde mis pies me guiarán, total me conocía Roma, no me iba a perder.

•••••

Llevaba ya un par de horas fuera de casa.

Estaba ahora sentada en la terraza de un restaurante , tomándome un café, realmente necesitaba este café.

Cuando fui a mirar, eran las 21:00.

A esta hora hacia un poco de frío, y yo no había cogido ninguna chaqueta.

Fui a mirar mi movil, no lo había tocado desde que salí de casa de los padres de Damiano.

Tenía como 100 mensajes suyos diciéndome que volviera a casa ya, que no sabía que me pasaba, etc...
También tenía como unas 40 llamadas suyas.

Suspire, porque no lo entendía.

Me levante a pagar y me fui por donde había venido.

Cogí el ascensor para poder llegar al piso, mientras me mentalizaba y pensaba lo que iba a decirle.

El ascensor llegó al piso, y yo salí, mientras sacaba las llaves.

Abrí la puerta.

Deje las llaves en el recibidor y me quite mi calzado.

Fui hacia el comedor y me encontré a Damiano en el sofá, fumando, y realmente parecía muy nervioso.

Me miró, con una mirada realmente fría.

Tome rumbo hacia la habitación hasta que lo escuché hablar.

— Alessia, ven — dijo súper seco.

Le hice caso y fui y me senté en el sofá que había justo en frente del suyo.

— Se puede saber porque te has ido sin más? — dijo mirándome.

— Te pongo en situación para que me entiendas, si tú de repente estás tan tranquila durmiendo y de repente suena el móvil de tu pareja, miras quien es y resulta que es su ex — pause un momento para respirar — De repente tu pareja entra en la habitación sin ni siquiera mirarte y se larga de habitación con el móvil en mano sin ni siquiera una puta explicación. Luego por curiosidad quieres escuchar lo que están hablando y de un momento a otro escuchas que va a verse con su ex pareja a saber porque. — dije mirándolo mal — Damiano, crees que ni tengo motivos para haberme ido?

El solo suspiró.

— Vale, puede que a lo mejor no tendría que haber sido tan frío y puede que tampoco hubiese tenido que haber cogido esa llamada — dijo mirándome — Pero si te sirve de consuelo, hemos quedado para hablar las cosas, ya que en su entonces no pudimos, pero mejor le digo que no — dijo mirándome a los ojos esta vez — Entiendo que te hayas puesto así.

Puede que si que haya exagerado un poco el enfado, pero es que realmente me había molestado bastante.

Relaje mi expresión de la cara y me levante para ir donde estaba el.

Me senté encima suyo y lo abracé, cosa que el me correspondió.

Le bese, porque lo necesitaba.

El beso empezó a ponerse más salvaje, lo sé porque me agarró del culo.

De repente se levantó y me cogió en brazos.

Me llevo dirección a la habitación. Abrió y cerró la puerta como pudo.

Me tiró a la cama y se quitó la camiseta.

Yo imite su gesto, porque me estaba muriendo de calor.

Se abalanzó encima mío y se puso cerca de mi oreja.

— Descarguemos toda la tensión que ha habido estas horas — dijo susurrándome — Esta vez te voy a dar tan duro que me vas a pedir más.

Amor sin fronteras // Damiano DavidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora