Esta vez, la que le daba besos en el cuello era yo.
Sabía que esto lo estaba poniendo fatal, pero esa era mi intención.
— Ale — gruñó
— Que pasa Dami? — dije susurrándole al oído.
— Me estás poniendo muy mal — dijo con la respiración entrecortada.
— Tu a mi me tienes mal desde hace años — dije dándole pequeños besos a lo largo de su torso.
Fui bajando hasta la altura de su miembro, empecé a acariciarlo por encima del pantalón.
Damiano gruñía de vez en cuando y su respiración se aceleraba cada vez más.
No tuve mejor idea que quitarle los pantalones y junto a ellos sus boxers.
Pero este hombre que tiene aquí abajo? Un titán o algo? Me va a destrozar.
Todo hay que decirlo, es lo más grande que había visto en mi vida.
Empecé a chuparlo lentamente.
Damiano de vez en cuando me agarraba la cabeza y la empujaba para adelante.
Empecé a ir más rápido, me agarró del pelo.
Note como sus piernas se empezaban a tensar, estaba apunto de llegar sin duda.
Así que acelere hasta que note que había llegado.
Su pecho subía y bajaba muy rápido, eso significaba que había echo buen trabajo.
— Dios, esto a sido lo mejor que he vivido en mi vida — dijo murándome a los ojos — Pero ahora te toca a ti, no te vas a librar — dijo cogiéndome de las muñecas y poniéndose encima.
— Dami — gemí
Sin tocarme aún ya me tenia así.
Empezó otra vez con los malditos besos en el cuello que me ponían a cien. Hasta que empezó a bajar a mis pechos.
Empezó a lamerlos como si le fuese la vida en ello, hasta que paró para acabar de quitarse la ropa.
El hizo lo mismo, me dejo desnuda al completo.
Se mordió el labio observándome.
— Prepárate, porque ahora viene lo mejor — dijo susurrándome en mi oreja.
— Deja de hablar , sigue — dije cogiéndolo del cuello haciéndolo que me mirará.
Eso mismo hizo, siguió con su trabajo.
Empezó a lamer mi barriga y a dejar pequeños besos, hasta que llego a mi parte íntima.
Sumergió la cabeza entre mis piernas, y empezó la acción.
— Dami — gemí
Le agarre del pelo para profundizar lo que está estaba haciendo.
Su lengua mantenía todo el rato el mismo recorrido.
Hasta que de repente, metió dos dedos dentro de mi.
— Dios — gemi esta vez alzando un poco la voz.
Cada vez iba más rápido, yo ya estaba chorreando sin duda alguna.
Este hombre hace maravillas dios mío, y aún no hemos llegado al punto clave.
De repente paro, y me miro a los ojos.
— No quiero que acabes así, tengo otra forma mejor pensada — dijo acariciando uno de mis pechos — Así que saca un preservativo — dijo esta vez agarrándome el cuello.
Le hice caso, fui hasta la maleta y saqué uno.
Siempre llevaba porque nunca se sabía.
Se lo di, y se lo puso.
Dios que sexy.
— Ya se que soy sexy, ahora ven aquí, que te voy a hacer lo que nunca te han echo — dijo riéndose
Mierda, otra vez había pensado en voz alta.
Le hice caso, sin duda, yo ya no aguantaba.
Me puse a cuatro delante suyo, así es como lo quería.
El entro en mi dándome un susto increíble, que hasta abrí los ojos como platos.
Empezó lento, hasta que de repente aceleró.
Nuestro gemidos y gruñidos parecían uno solo, lo estábamos disfrutando sin duda.
Me cogió del pelo e hice que me encorvara.
Esta vez frenó un poco para repartir besos en mi cuello.
De la nada, me dio una estocada demasiado profunda y siguió otra vez yendo rápido.
Me giró y me tumbo en la cama para que lo mirara.
Me cogió del cuello y siguió con su trabajo.
Sentí como el se tensaba, y yo también me tensé. Estábamos a punto los dos.
De repente sentí como mi cuerpo se tensaba por completo, y el lo noto así que fue más rápido que nunca.
Gemí tan fuerte que creo que lo de la habitación del al lado nos habían escuchado.
Los dos habíamos llegado a la vez, dios.
Salió de mi y fue a tirar el preservativo.
Se metió en la cama desnudo, como si estuviera en su casa.
— Que confianzas no Dami? — dije riéndome
— No es nada que no hayas visto ya — dijo con mirada pícara.
Se acercó y me dio un pequeño beso en los labios.
— Vamos a dormir no? — dijo acariciando mi mejilla
— Si, creo que ya sería hora — dije sonriéndole
Me tape lo mejor que pude, estaba desnuda y hacía frío.
Me giré de espaldas a él, no sabía si quería dormir pegado a mi.
Cuando intente empezar a dormir, su manos me rodearon.
Me estaba abrazando como si fuera un peluche que no quería perder.Te quiero Dami, espero que algún día lo sepas.
— Yo también te quiero pequeña — dijo dándome un beso en la cabeza.
Tengo que dejar de pensar en voz alta sinceramente.
A los minutos, caí rendida.
![](https://img.wattpad.com/cover/279002378-288-k636642.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Amor sin fronteras // Damiano David
FanfictionSe conocieron en su infancia, tanto el uno como el otro fueron su primer amor, pero un imprevisto y la distancia los separó. Años después, por cosas de la vida, sus caminos vuelven a juntarse por el famoso concurso de Eurovision... Será verdad esa f...