Amor De Barrió {JJK+KTH}

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Taehyung

Después de que todos terminaríamos de comer, me ofrecí a lavar mi plato, a lo que la sra. jeon se negó pero termino aceptando.

Ahora me encontraba de camino hacía mi habitación, dispuesto a tomar una ducha y dormir.

Al llegar, abrí la puerta y entre a la habitación. Me dirigí al clóset y saque una pijama de dos piezas, de color blanca con líneas azules. deje todo lo que iba a necesitar en la cama, y me dispuse a ir hacia el baño para tomar esa ducha que tanto hanelaba.

*

Tarde unos 15 minutos. Salí y me dirigí a la cama para comenzar a vestirme.

Cuando termine, me acosté en la cama con mi celular en mano, y llame a mi mamá como habíamos acordado.

Sonó unas tres veces hasta que contesto

(En la llamada)

Sra. Kim: ¡Tae! cómo estás, ¿llegaste bien?

Si mamá, estoy bien :Th

Sra. Kim: me alegro, ¿que tal te sientes estando allá?

¡Horrible! ¡Detesto estar aquí! Y también detesto al estúpido de Jungkook :Th

Sra. Kim: Taehyung - sonó amenazante -

¡Mamá! El es un idiota, no deja de molestarme :Th

Sra. Kim: debiste haberle hecho algo como para que te molestara

No le hice nada: Th

Sra. Kim: de acuerdo, solo quería saber si estabas bien. Me tengo que ir. Porfavor, portate bien. ¡Adiós!

Adiós :Th

(Fin de la llamada)

Al terminar la llamada, deje el celular en la mesita de noche y me acomode en la cama, dispuesto a dormir.

Hay fue un día muy largo...

Cerré mis ojos y espere a que el sueño me invadiera y callera en los brazos de morfeo, y al pasar de unos minutos lo fui consiguiendo.

"Había conseguido" quedaría mejor.

- ¡Agh! Tontos perros - me queje, al escuchar como los perros comenzaban a ladrar sin control - ¡Déjenme dormir! -

Mientras que el chico millonario estaba maldiciendo a cada canino de la colonia por no déjalo conciliar el sueño.

A dos habitaciones de la suya, se encontraba un chico de cabello negro, el cual tampoco podía dormir, pero por una razón distinta.

Puesto que no dejaba de pensar en ese lindo joven de ojos negros y cabellera rubia.

Que lo dejo cautivado desde el momento en el que puso un pie en su casa.

Dejandolo atónito, perdiéndose en su piel acaramelada, ojos negros penetrantes pero con un toque delicado, y esa rubia cabellera, que le daba al tipo un aire elegante.