I'm Not For You

Capítulo 44. Todos los caminos conducen hacia la fiesta.

Un par de semanas después – En Nueva York

- Está en su oficina – Marina no necesitó ni siquiera preguntarle a Natalia por Amelia, apenas la asistente la vio cruzar por la puerta le indicó donde se encontraba la morena.

Para la mujer no valía ni siquiera la pena sacar la mirada de su móvil, directamente bastaba con señalar. El caso es que la presencia de Marina, de María y por supuesto de Luisita y de las tres pequeñas que venían con ellas había pasado a ser una constante en el estudio de tatuajes, ni hablar de que ahora la lista en color "arcoíris" de la morena había aumentado a un considerable número de personas.

Marina no frenó para preguntar si la morena estaba ocupada o no, la castaña ya sabía que estaba de color arcoíris para la morena y sabía perfectamente que eso significaba un pase libre en cualquier momento.

Tampoco lo que la hizo frenar fue el sepulcral silencio que casi nunca había en el estudio. Subió su cara y dio un vistazo panorámico, todas las estaciones de los tatuadores estaban vacías. Marina volvió sobre sus pasos murmurando por lo bajo cada vez que tenía que saltar algún inflable que estaba tirado por el piso o una Barbie que había quedado rezagada por allí, y se frenó en el escritorio de Natalia

- ¿Qué carajo pasa aquí? ¿Alguien tiró una bomba? ¿La rari sacó a pasear a raronzilla de su jaula? – Fue esta última pregunta la que hizo reír a Natalia y la que hizo que la mujer se demorara en contestar para actualizar la cuenta de twitter elgranrarón

Después de que le mostró a Marina su brillante tweet, réplica del chiste de la castaña, ambas rieron y la joven contestó

- ¿Sabes que Amelia empieza sus clases el próximo lunes cierto? – la castaña asintió, la noche anterior Luisita se había encargado de demostrarle a Amelia lo orgullosa que estaba por eso y el resto de los humanos lo tuvieron que escuchar

- Ni me hagas recordar, menos mal que las niñas estaban de visita en el hogar – ojala ella hubiera decidido aceptar la invitación de la hermana Benigna para hacer un retiro espiritual esa misma noche

Natalia asintió

– Te entiendo, esta mañana vivimos lo mismo aquí cuando Luisita apareció de repente y se encerró en la oficina de Amelia – Marina giró los ojos.

Por supuesto que ella había visto llegar a la rubia en un estado más que deplorable a la oficina

– De más está decir que antes se encargó de echar a patadas a la chica sobre la cual Amelia estaba trabajando – una novia celosa era igual a menos clientes.

Marina volvió a girar los ojos

- ¿Por eso se fueron? – señaló los puestos vació del resto de los tatuadores – Sabía que el idiota de Álvaro le tenía miedo a los orgasmos, ni una sola vez escuché a María...

- No se fueron por eso – la interrumpió Natalia – Amelia los despidió – informó como si estuviera contando un chiste

Por tercera vez en la mañana Marina volvía a girar los ojos

- ¿Otra vez? ¿Y ahora porque? – era como la vigésimo cuarta vez que los echaba

- Porque es imposible que los chicos dejaran pasar el hecho de que Amle vuelve al colegio – contó Natalia y Marina empezó a entender – No iban a parar hasta que Amelia no se muriera de la vergüenza – agregó

Marina rió

- ¿Qué le hicieron? Por favor dime que no superaron mi broma de la mochilita

La castaña se había encargado de regalarle una hermosa mochilita de Bob esponja a la morena. Cuando Amelia atinó a dársela a su hija, Marina se la sacó y le dijo que era para el rarón.