I'm Not For You

Capítulo 45. Que sea lo que Dios quiera.

- ¿Devoción? – la morena no había cambiado su cara de confundida desde que Inma entró a su departamento.

No paraba de mirar entre ambas mujeres y de moverse en forma nerviosa. Su cabeza y su cuerpo tenían una terrible necesidad de que Luisita estuviera a su lado.

- Hola hij... hola Amelia – saludó la mujer tratando con cuidado a la persona que tenía en frente

Amelia se alejó varios pasos y Devoción sintió como la mano de la joyera iba a su espalda para darle fuerzas. La morena mayor agitó la cabeza en señal de que estaba bien. Entre las charlas con su marido, las charlas con las mellizas, los señores Gómez y todos lo que tenían algo que ver en la vida de Amelia, Devoción había aprendido que alrededor de su hija se tenía que mover como si caminara sobre vidrio, con sumo cuidado.

- ¿Qué... qué haces aquí? – Amelia aun no relacionaba el favor que tenía que hacerle a Inma con la presencia de su madre aquí - ¿Por qué la trajiste? ¿Por qué... - No podía evitar sentirse un poco enojada con su amiga

Inma y Devoción se miraron y fue la joyera la que tomó la palabra

– Tu madre... - la morena apretó sus labios y la elegante mujer se apuró en corregirse - Devoción estaba trabajando en la empresa cuando mi padre entró para obligarme a ir a esa fiesta. Escuchó nuestra pelea sin querer y la terminé de usar como terapeuta para contarle la situación. Ella misma se ofreció a cuidar a las niñas – resumió los hechos ocurridos en Tiffany & Ordóñez Co.

Ante el silencio y la cara de preocupación y confusión de su hija Devoción decidió hablar

– Se que probablemente no te guste mucho la idea pero yo amo a esas tres niñas. Dos son mis nietas y la otra es casi como si lo fuera, las voy a cuidar mejor que a mi misma – agregó segura.

Amelia agitó la cabeza en negativa. Eran sus hijas y su sobrina, ella las iba a cuidar

- Por favor Amelia – Inma insistió mostrándole el smoking – Estoy desesperada – la voz le salía como un chillido.

- Luisita... quiero hablar con Luisita... - necesitaba que su novia le dijera que todo iba a estar bien.

Esta vez fue Devoción la que agarró su móvil e intentó llamar a la empresaria. Sabía que si alguien podía sacarle la cara de pánico y de sufrimiento a Amelia era su nuera

– Lo siento – se disculpó cerrando la llamada – No contesta...

- La señorita Crespo tampoco – Inma había intentado por otro lado.

- Entonces es mejor que me qued...

- Amelia – dijeron las dos mujeres al mismo tiempo. Inma le hizo un gesto a Devoción cediéndole la palabra.

– Si no quieres ir con Inma está bien – la madre de la morena no hizo caso al quejido de protesta de la joyera – Pero si ese es el caso, te pido que me dejes quedarme aquí, contigo, hasta que Luisita regrese. Puedo ayudarte a cuidar a mis nietas – no iba a obligar a su hija a ir a una fiesta a la que claramente no quería asistir, pero al menos iba a intentar pasar tiempo con ella. Cualquier minuto que le concediera iba a ser bien recibido.

- Escuchen – Inma volvió a tomar la palabra y logró que la mirada de la morena se concentrara en ella – Devoción se que tienes miedo de que Amelia se sienta incomoda en este lugar, pero prometo – miró a la morena – Te prometo que no me voy a separar de tu lado y que a penas quieras irte nos iremos – le dijo con total sinceridad – Pero de verdad, de verdad te necesito a mi lado Amelia. Necesito que me des la fuerza que solo una amiga puede dar. Eres la única persona que nunca ha esperado nada de mi – la morena iba aflojándose con cada palabra – Por favor Amelia... por favor – eran las últimas suplicas que iban a salir de la boca de Inma.