13

14 2 0
                                    

No entiendo, qué pasó? A caso hice algo mal? Por qué en la mañana me dijo "te amo" y ahora veo que se fue?
Qué debo hacer?
Esa noche me costó conciliar con el sueño. Estaba inquieto y mi mente se veía asaltada por distintos pensamientos. En realidad, era un único pensamiento que adoptaba distintas formas. Mi mente daba vueltas y más vueltas alrededor de un mismo punto, como una persona desorientada. Para cuando me daba cuenta, volvía a hallarse en el mismo lugar. Al cabo de un rato las ideas ya no iban ni hacia delante ni hacia atrás.

Dante dejó liquidado el departamento y a la semana siguiente lo vendí, regresé a mi departamento anterior, decidí que comenzaría una vida nueva, una distinta.   -Creí que no volverías Othello, me da gusto de que regresaras- dijo la señora que maneja el edificio.   -Gracias Fiorella, está vez no creo irme, bueno, en Julio iré a Toscana a visitar a mis padres-      -Mientras, siéntate cómodo aquí- dijo. Entré al departamento y coloqué mis maletas, se sentía algo extraño, aquí es donde me refugié cuando llegué a Roma, estaban los mismos muebles, las mismas plantas, todo seguía igual, me di cuenta de que, éste es mi hogar, finalmente pude dormir con tranquilidad.
A la mañana siguiente salí para ir a la universidad.   -Oh, lo siento, no miré por donde caminaba- dijo una chica que chocó conmigo al bajar las escaleras.    -Está bien, no pasó nada- dije y ella sonrió. Salí del edificio y tomé un taxi a la universidad.
-Othello, porque no viniste ayer? Te esperábamos- dijo Carlo.    -Tuve que arreglar unos trámites, pero ya quedó todo bien- dije, bueno, es hora de actuar normal. Estábamos en el laboratorio haciendo lo que se nos ocurriera.    -Saben? Estoy conociendo a una chica- dijo Adolfo y volteamos a verlo.     -En serio?- dijo Carlo.   -Sii-   -Creí que nosotros tres estaríamos destinados a ser los solteros menos codiciados de la universidad-    -Pues ya no más-    -Y es real?- pregunté.     -Completamente- dijo y se hubo un silencio por algunos minutos.    -Por qué piensan que estaba mintiendo o por qué les impresiona que yo esté saliendo con alguien? Soy hombre, mi naturaleza ya está hablando-      -Hace cuanto que sales con ella?- pregunté.       -Un mes-      -Y a penas nos lo dices?-     -Es que primero quería que fuera oficial, me daba temor que me dejara a la semana o al día- dijo y rió.    -Adolfo, no porque estés saliendo con alguien dejaremos de ser amigos-   -Me gustaría que algún día la conocieran, es muy carismática-    -Tal vez pronto- dije.
En cuanto terminó el día de clases regresé a casa, entré al edificio y la misma chica volvió a chocar contra mi, pero esta vez las cajas que ella llevaba cargando se cayeron, ambos comenzamos a levantar las cosas.    -De verdad lo lamento, en serio, y es que como sólo yo estoy moviendo las cajas y las cosas, y me acabo de mudar hoy en la mañana... Oye, tú eres el mismo chico con el que choqué en el mañana, no es así?-     -Si, y como veo creo que necesitas ayuda-      -No te preocupes, pronto acabaré-      -Insisto, y así ya no volverás a chocar conmigo- dije cargando dos cajas y ella una.    -Esta bien, por acá vivo- dijo y yo la seguí.   -De echo estas ya son las últimas cajas- dijo entrando a su departamento, y era verdad, a penas se estaba mudando.     -Que llevas en estas cajas? Piedras?-    -Ójala así fuera, son libros de medicina-   -Medicina?-    -Si, estoy cursando mi doctorado- respondió dejando la caja en la mesa.     -Medicina general?-    -Médico cirujano- dijo.     -Muchas gracias por ayudarme, amm... cual es tu nombre?-     -Othello- respondí.     -Si, Othello. Bueno, yo soy Sarah- dijo y estrechamos la mano.
Sarah es una chica muy lista, compartimos pláticas acerca de la ciencia y la física, le gusta mucho la literatura y las pinturas.
-La pintura  "Terraza de café por la noche", es mi favorita, cada vez que la miro, me da una tranquilidad inefable, me hace sentir como si yo estuviera en esa pintura, gozando de la tranquilidad de la noche y el interminable cielo estrellado, es como mi droga, y por eso saqué una copia de ella- dijo, estábamos sentados en las escaleras de su departamento, del edificio por fuera, era de noche y bebíamos café.  -Yo de pinturas no sé mucho, si a caso sólo las más populares son las que conozco, pero algo que me apasione a mi, creo que es algo que no eh analizado-   -Sólo piensa en que es lo que te gusta hacer más, que sea un pasatiempo-    -Bueno, a veces los chicos y yo nos quedamos hasta tarde en el laboratorio de la universidad para seguir experimentando, porque nos gusta crear cosas- dije.     -Lo ves? Eso es, te gusta crear, tanto que dedicas más tiempo a ello, y esta bien, somos de mentes ocupadas- dijo. Al estar con ella me hacía sentir liberado, como si lo mejor de mi estuviera saliendo, aquello que estaba muy adentro escondido renaciera.   -Dime Othello, alguna vez te has enamorado?-
Dante, si.
-Si- dije bajando la mirada.     -Creo que no fue tu suerte, cierto?-    -Tienes razón, eres la primera que sabe esto, aquella persona me dejó-    -Debe ser difícil-   -No es difícil, es simple, se fue a no sé donde, me dejó solo, y ni siquiera se ha tomado la molestia de contactarse conmigo para saber qué hice mal o qué pasó, así que no es difícil, es insoportable- dije.     -Tranquilo Othello, algún día todo cambiará- dijo sonriendo.

Dos personas, dos colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora