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Caminaba por los pasillos de la universidad, algo me hizo voltear a la derecha y lo miré, miré a aquel tipo de anoche. ¿Qué está haciendo aquí? Bueno, espero que no me haya visto.       -Ah, me parece conocido-  escuché. Demonios, ¿Me habrá visto? Camina Othello, camina, ve al baño de los hombres. Comencé a caminar más a prisa al baño. ¡Idiota, él también es un hombre!     -Oye, espera- dijo y me detuvo agarrando mi  mano, me sentía nervioso, ¿A caso me va a matar?     -Si?- pregunté volteando a verlo, y me soltó.      -No te había visto antes?-    Genial, no me recuerda.    -Creo que no, no te conozco- respondí.       -Cierto, tienes razón, quizá te confundí con alguien más. Por cierto, ¿Conoces a Othello?-        -Eh? mm... No, creo que no, no me suena el nombre-     -Bueno, gracias. Anda, ya vete-      ¿Qué le pasa? ¿Y para qué me busca? Como sea, espero y se valla pronto de aquí. Iba camino a la cafetería, hasta que...     -Othello? Si, lo conozco, está por allá-   Voltee, era Carlo hablando con ese sujeto. ¡Carlo idiota, ya no te ayudaré en física! El hombre comenzó a caminar hasta mi, y yo caminaba a toda prisa a la cafetería, hasta que entré. Había mucha gente, así que me perdí entre todas las personas.

Caminaba de regreso a casa, para ser sincero, sentí que alguien me seguí en todo el camino, pensé que era alguien tratando de venderme algo, pero quizá haya sido mi imaginación. Cuando estaba por entrar a mi apartamento, miré una mano a mi lado que volvió a cerrar la puerta, voltee hacia atrás para ver quien era, y era él, el hombre de anoche      -T-Tú?- dije sorprendido, y golpeó la pared. ¿Qué me va hacer? ¿Me matará? Claro que lo hará, lo evité en todo el día.     -Disfrutaste jugar a las escondidas?- dijo, lucía como todo un mafioso.      -Siento decirte que, no importa donde te escondas, puedo verte desde donde sea... Nunca me subestimes-   Lo miré a los ojos... Me arrancará la cabeza, parece estar enojado.      -Yo... así es... verás...-    -¡Abre la maldita puerta de una vez!-    -Enseguida. Espera, ¿Vas a entrar?-    -Alguien podría vernos si nos quedamos aquí. Te daré tiempo de explicar al entrar- dijo.

Entramos a mi apartamento.    -Lo siento mucho- dije arrodillándome, pero él seguía en pie.     -Lo sientes mucho, ¿Y qué? Ahora te sentarás allí y me la chuparás como si eso me haga sentir mejor, ¿Cierto?-     -No, no es lo que... Espera, ¿Qué?- dije confundido. Me levantó y me aventó contra la pared.     -Siento que me estas ocultando algo más Othello, yo confío en mis instintos, y gritan que eres... una chica-     ¡¡¡Eeeeehhh???!!!   Me besó.  ¡¿Qué diablos?!     -Yo, no soy una mujer- dije durante el beso, quería alejarlo, pero él se resistía.     -Mientes, no hay manera de que un tipo me ponga caliente. No creas que me puedes volver a engañar- dijo y tocó mi polla, se detuvo, él parecía estar confundido.      -... Qué es esto? Hey, ¿Qué diablos es eso?- preguntó.      -Un pene- dije mirando hacia bajo.      -... ¡¡Qué es lo que dijiste?!!      -Es... un... pene- respondí asustado. Golpeó la pared.      -Fue suficiente, me marcho- dijo y salió del apartamento. Eso quiere decir que, finalmente se dio por vencido. Aunque, sentí pena por él.

Dos personas, dos colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora