4

35 6 0
                                    

Dante.

Estaba de regreso a mi departamento, en eso recibí una llamada de Donato, él es mi mano derecha y de mayor confianza, a parte de que soy su jefe, somos amigos.      -Qué pasa?-     -Giovani te tiene vigilado, sabe que has estado visitando la universidad con frecuencia, si llega a saber que estás detrás de ese chico, lo matará-      -Bueno, entonces hay que hablar con algunas chicas para encubrirlo-      -Me parece buena idea, así podré salir con unas cuantas universitarias- dijo riendo.     -Por cierto, Dante, ¿En realidad te interesa ese chico?- volvió a decir.      -Nunca dudo de mi mismo-     -Bueno, entonces no tengo más opción que ayudarte-       -Gracias, por eso me agradas, captas rápido- dije sonriendo.

Desde que Othello me ayudó en aquella noche, sentí que fue creado para mi, por eso no quiero dejarlo ir, quiero que esté a mi lado. Me gusta cuando se sonroja o se pone nervioso, me estoy volviendo loco por él.


Othello.

Lunes de nuevo, estaba por ir al salón, y miré a dante con Donato, amobos parecían muy sonrientes junto a unas chicas, y al parecer intercambiaban números de teléfono. Para ser sincero, creo que me molestó y entré rápidamente al salón.     -Qué te pasa Othello?- preguntó Carlo.     -Pareces estar molesto- dijo Adolfo.       -No es nada-      -La última vez que te vimos de esa manera fue cuando tu novia cortó contigo-       -A mi me pareció chistoso- dijo Adolfo sonriendo.      -Chicos, que les parece si hoy vamos a ese bar que mencionaste Carlo?-     -Pero hoy? En Lunes?-       -Vamos, me parece buena idea, nos lo merecemos, todos los días sólo estamos enfocados en tareas y proyectos, incluso en los fines de semana, yo apoyo la idea de Othello- dijo Adolfo.      -Bueno, supongo que tienen razón- dijo Carlo.

Al salir de la universidad, caminamos hasta el bar y entramos, nos sentamos en una mesa y unas chicas se acercaron a nosotros.      -Vaya, parecen algo jóvenes, ¿Seguros que tienen edad para beber?- dijo una de ellas.       -Ya somos mayores, tú eres la que está vieja- dije bebiendo de mi vaso.      -Pero qué chico tan descarado-      -Othello, anímate, vas a espantar a las chicas- dijo Adolfo.     -No importa, por lo menos es lindo-    Seguimos bebiendo, y me sentía más animado, hasta ya estaba olvidando a Dante. Cantábamos, reíamos, hablábamos de cosas insignificantes, nos la pasábamos de lo mejor.     -Buenas noches, ya vamos a cerrar y les traigo su cuenta- dijo un camarero y las chicas se fueron. En cuanto la miramos, nos sorprendimos demasiado, era mucho dinero.      -No sé si tengo lo suficiente- dijo Carlo sacando su cartera, Adolfo y yo también íbamos a cooperar.     -Creo que, no nos alcanza para pagarlo todo- dije algo temeroso, él tipo parecía lucir molesto, y nos dio una hoja.      -Bien, en esta hoja escribirán sus nombres completos, sus números de teléfono y sus direcciones, y cuidado con escribir mentiras- dijo, en eso entró otro hombre, ya grande.     -Lo siento, aquí les traje la cuenta verdadera, son órdenes del jefe- dijo y nos entregó la hoja, el precio de todo lo que bebimos era accesible, y lo pagamos con facilidad.    -Bien, creo que ya hay que irnos- dijo Adolfo, cuando estábamos por salir, sentí que me tiraron del brazo, cuando quise voltear para ver de quien se trataba, yo ya estaba en una habitación, parecía el cuarto de seguridad, habían pantallas de las cámaras, y frente a mi, estaba Dante.

-Por qué estabas con esos tipos?-     ¿Está celoso?     -Son mis amigos- respondí.     -Y con esas mujeres?-      -Se acercaron por si solas- respondí. No sé porqué le estoy dando explicaciones, no las merece.     -Ah, lo entiendo, sólo quería saber eso... Estás borracho?- preguntó.      -Te parece que lo estoy? Por qué mejor no vas a salir con esas chicas de la universidad? Ya que también le pediste el número a mi prima-     -Con que se trata de eso. Sabes? no lo hice por gusto-      -Entonces? Cada día que ibas a la universidad ibas detrás de mi, esperándome a que saliera de cada clase, y me invitabas a comer, así que... así que pensé que yo te gustaba, hasta ahora, que miré cuando le pediste el número a esas chicas, y ni siquiera me lo has pedido a mi- dije, sentí que quería llorar, pero, ¿Por qué?        -Tu número ya lo tengo-     -Qué? Cómo lo obtuviste?- pregunté sorprendido.      -Yo sé como lo obtuve- contestó sonriendo.       -Incluso te envié un mensaje y te llamé varias veces, pero nunca me respondiste y las llamadas las cortabas en cuanto respondías- volvió a decir. Ahora recuerdo, todas esas llamadas eran de un número desconocido, y el mensaje también, así que se trataba de él.      -Lo-Lo siento- dije apenado.     -Y de las chicas, hay un sujeto que me tiene en la mira, si sabe que la razón por la que voy a la universidad es para verte, te matará. Por eso a veces platico con esas chicas, para encubrirte y que no te hagan daño-

Así que fue por eso, me está protegiendo, pero, ¡¡Está poniendo en riesgo a otras personas!!       -Eso es lindo de tu parte, pero también cruel, me proteges pero pones en riesgo a los demás-     -Así soy yo, protejo lo que más quiero, y no me importa si los demás salen afectados- dijo, y me sonrojé. ¿Qué clase de amor apache es este? El ambiente cambió a algo extraño, me sentía nervioso y Dante parecía serio, como si fuese a decir algo importante.     -Othello, creo que estoy... mm, un momento-      ¿Qué?      -Espera mientras invento la mejor la mejor confesión. "Me gustas" o "Te quiero" no son suficientes para expresar mi sentimientos, ¿Sabes?- volvió a decir, estaba sonrojado al igual que yo. Pensaba y pensaba.     -amm, entiendo lo que tratas de decir- dije.      -¡Espera, cállate!- dijo. Ha sido un tiempo desde que no escucho sus gritos.    -Bien, esto está muy bueno. Aquí voy, la confesión amorosa del mundo- dijo acomodando bien su saco, preparándose.      -La escucho-       -... Othello- dijo acercándose a mi y tomándome de los brazos, estaba muy cerca... Y me besó.

Dos personas, dos colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora