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Dante.

Fui con Donato a hacerme un tatuaje, iba a tatuarme algo más en la espalda, estaba acostado boca bajo sin la camisa y frente a mi tenía mi celular, esperando una llamada o mensaje de Othello.     -Lo que digo, es que, ¿Por qué no le llamas? Creí que lo invitarías a salir- dijo Donato.      -¡No me hables! Estoy evitando señales telepáticas por teléfono. Imagina al pequeño y lindo Othello con su rostro rojo tomate diciendo "Miré cuando le pediste el número a esas chicas, y ni siquiera me lo has pedido a mi"  Le di mi número y por supuesto que quiero darle una oportunidad. Si mi corazonada es correcta, Othello está locamente enamorado de mi- dije muy sonriente, me sentía tan feliz.     -No, no puede ser cierto- dijo.     -Qué es lo que más le quiere añadir a su espalda?- preguntó el viejo que tatúa.     -Oh si, imaginaba un dragón junto a un Dios japonés, y en mi brazo derecho un tigre de bengala- respondí.      -Bien, entendido-

Othello.

El viernes, Dante me invitó a comer a un restaurante, en el último piso de un edificio en el centro de la ciudad, me sentía algo incómodo por el hecho de que reservó todo para nosotros dos, el restaurante estaba vacío.      -Me gusta la privacidad- dijo sonriendo. Ahora que lo pienso, no sé nada de él más que su nombre.     -amm, ¿Cuantos años tienes?- pregunté.    -Eh? acabo de cumplir 32 la semana pasada- respondió. ¿Qué con esa edad? Nunca imaginé que fuera mucho mayor que yo.     -Ya veo. Naciste aquí?-      -No, en Umbria-      -Eres alto, ¿Cuanto mides?-      -Cerca de 1.85 metros-      -Te gustan los animales?-     -Tengo un tigre tatuado-      -Así que también te gustan los tatuajes. En realidad perteneces a un grupo de la mafia?-    -Así es, soy el favorito del Tío-     -Estuviste en la universidad?-     -Si, estudié la carrera de medicina, y en cuanto me gradué, estudie la maestría, iba a seguir con el doctorado, pero ya no quise-     -Por qué?-     -Me comenzó a gustar la idea de ganar dinero fácil, y aparte me siento cómodo con mi vida. ¿Qué son estas preguntas?-      -Lo siento, no pensé que te molestaría-      -Te parece que estoy molesto?- dijo. En realidad no lo parecía, es como si estuviera relajado, sereno.     -Ahora te preguntaré yo. Qué edad tienes?-       -23 años-     -Naciste aquí?-      -No, en Toscana-      -Cuanto mides?-     -1.68-    -Te gustan los animales?-      -Si, en especial los gatos-      -...Othello, te amo- dijo.  ¿De nuevo eso?       -Gra-Gracias- fue lo que pude decir, Dante lucía decepcionado, insatisfecho, pero es que no sé cómo decírselo.         -No estoy enojado o decepcionado, es perfectamente normal... Siento robarte tu tiempo- dijo levantándose de la mesa y se fue. Dante, siento mucho no poder decírtelo, pero es que, me has cambiado por completo... Yo te quiero.

De regreso a casa, la puerta estaba entre abierta, entré con cuidado y estaba oscuro, pensé que se trataba de alguien que entró a robar, pero no fue así, había alguien sentado en el sofá.     -Tú debes ser Othello- dijo sonriendo, la luz de una lámpara lo iluminaba, parecía un hombre como de la edad de Dante.       -Quien es usted?- pregunté en guardia ante lo que llegara a pasar.   -Un amigo de Dante, él quiere encontrarse contigo, ¿Por qué no me acompañas?-    ¿Qué dice? Y de pronto sentí un golpe en la cabeza. Cuando recobré la conciencia, estaba en el suelo atado de las manos y de los pies, un paño cubría mi boca y dos luces iluminaban, una me iluminaba a mi, y la otra a Dante, él estaba frente a mi, amarrado por una soga de las manos y de los pies en una silla.

Dos personas, dos colores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora