EMMY FOSTER
Aquí nos encontrábamos.
Frey estaba con esa expresión fría y distante que me había mostrado hace unas semanas cuando lo ví por primera vez. No voy a negar que eso no me apretujo el corazón y una oleada de amargura lleno el oxígeno que respire en ese instante en qué lo vi. No, no lo haré.
No más Frey coqueto.
No más Frey burlesco, calculador y manipulador.
Al parecer todo le está pasando factura y está en un estado maníaco - depresivo.
Solo se limita a mirarme y a hacer vagos movimientos con el lápiz. No quiso hablar a pesar de que ya han pasado tres días desde el incidente. Siento que el se siente culpable de que su madre y su hermana tuvieran que pasar ese mal rato. Después de lo sucedido, como prometió la señora Stein; uno de sus maridos vino y este a diferencia de el otro, tenía un aire de misterio y profesionalidad. Sus ojos fueron lo que más me cautivaron cuando lo ví, padecía de heterocronia.
Luego de su acalorada discusión con el señor Prey, el me dirigió la palabra y me "aconsejo", porque no creo que a eso se le llamé consejo, que debía tener cuidado con Frey y que le prestará mucha atención y, una vez más, me agradeció por haber defendido a Frey en su estado de vuvulnerabilidad. Pude ver qué bajo sus ojos habían bolsas negras como si no hubiera descansado bien, sin mencionar su expresión sombría. Y en ese instante me di cuenta de que el era ese padre del cual Frey hablaba mucho, porqué era psiquiatra. También pude deducir quue las cosas no iban bien y que algo estaba pasando.
Y todo empezó con el comportamiento de Frey luego de verlo, Frey empezó a actuar raro y ese distanciamiento emocional, se volvió un aislamiento total.
Volviendo a ahora, Frey ha roto la punta del lápiz y como si tuviera ideas con la grillete del sacapuntas, intento presionarla para sacarla. Al principio no entendí pero luego cuando se dió la vuelta y se sentó en ese colchón de mala muerte que ofrecían para el área de aislamiento, comprendí lo que quería. El quería cortarse. Lo supe en el momento en el que lágrimas empezaron a brotar por sus ojos y pequeños sollozos se escucharon. Me acerco a el de manera rápida y tomo sus manos entre las mías.
--¡Hey!, ¡Mírame! Todo va a estar bien..., Habla conmigo, ¿Si? Quiero ayudarte.
El niega con la cabeza rápidamente y empieza a llorar más fuerte. Frey suelta sus manos de las mías y se hace un ovillo en la cama, llorando más fuerte y repitiendo palabras que no supe distinguir. Me siento también en la cama y acarició su espalda hasta que solo se escuchan sus sollozos.
Sabía que esto pasaría.
El estado maníaco depresivo no solo es tristeza, también puede reflejarse en alegría en exceso. Pero lo que Frey estaba atravesando..., Sacudí la cabeza. Algo le dijo su padre para que el esté así.
•••
Pequeñas lágrimas empiezan a rodar por mi rostro al verlo tan roto y casi sin vida. Hace unos minutos decidió sentarse en la alfombra a jugar con un pequeño tren de juguete. No había tocado la comida ni había mencionado una sola palabra acerca de lo sucedido.
Me aclaro la garganta limpiando mis lágrimas y tomando una respiración me siento a su lado. El no retoma en mi presencia o siquiera se gira a verme. Obviamente en todo este tiempo estuve con el y trate de calmarlo, pero luego simplemente el me había ladrado un simple pero frío y distante "Apartate".
-Hey, Frey, ¿Quieres tomar algo de agua?
-No.
-¿Jugo?
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En el Jardín ‡Frey Stein‡
Teen FictionEmmy Foster, una psicóloga que inicia en su carrera, es asignada a un chico sombrío y con un perfil psicológico bastante... complejo. Frey Stein siempre había mantenido el perfil bajo con todas las personas que no pertenecieran a su círculo familia...