4- "La psicóloga curvilínea debe callarse"

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FREY STEIN

A veces me pregunto cómo hacen para contratar gente tan pesada en este lugar, pero así como son pesados pueden llegar a ser necesarios. Las psicóloga curvilínea acaba de hacer  que mi visita familiar se convierta en mi  diario vivir allá afuera, siempre bajo los ojos de mis hermanos. Sonrío con nostalgia y mentalmente le doy gracias a la psicó... A Emmy. Los ojos de mamá se llenan de lágrimas y la expresión de los demás decae, todos saben que llegó la hora de despedirme y seguir en esta lejanía muy poco propia de nosotros como familia. Suspiro y me levanto para acompañarlos hasta donde se me es permitido. Nos despedimos con un abrazo "grupal" como los denomina Kaia y las típicas promesas de que volverán y que todo esto solo será temporal. Aveces me siento mal de tener que ver a mi mamá en esa desesperación y esa agonía porque su "niño" esté en este lugar en vez de estar bajo sus brazos todas las noches para contarle una historia o tomar el té mientras Kaia y Heist hacen una estupidez.

Me dirijo otra vez hacia el área común (cafetería) como otros le dirían. La soledad me golpea y es el segundo donde caigo encuenta en que ya pase la hora del almuerzo y tendré que sentarme solo, ¡Estupendo!, Hoy estoy de buena suerte. Tomo una bandeja y me sirvo algo que no sea tan grasoso pero que tan poco sea del todo sano.

Me siento en la mesa del final y comienzo a comer pensando en la  tarde de hoy. Aveces digo que no los extraño y que todo me da lo mismo, pero otras veces me entra una felicidad intensa cuando me visitan..., Siento que la tía Jazmine tenía razón al decir que yo padecía de indicios de bipolaridad.

Las puertas de la cafetería se abren dejando ver una figura esbelta y una melena de bucles castaños y otra vez esa voz profunda pero dulce y armoniosa, inunda la cafetería. Es Emmy que ha entrado y se encuentra buscando una mesa vacía, al parecer trajo su propio almuerzo. Rezo a el Dios patético al cual mamá alaba, para que no se fijé en mi presencia. Cómo deduzco, es patético. Ella sonríe y se acerca lentamente hacia mí caminando con gracia y determinación.

-Entiendo que quieras espacio al alejarte de los demás pero..., ¿Sabes lo bonito que es hablar con las personas? --Su discurso de paz y armonía se introduce en mis oídos como una declaración de guerra. Frunzo el seño y hago un ademán de levantarme pero rápidamente su mano se detiene en mi muñeca y me obliga a sentarme denuevo. Obedecí. -¿Porqué te vaz? La tarde es joven todavía y créeme, tengo ganas de escuchar como te fue hoy con tu familia.

-¿No se supone que la sesión fue hace unas horas?. Yo no tengo porque decirle nada fuera de horario.

-No, no debes. Pero puedes, así que cuéntame porque soy toda oídos.

Lo pienso un momento y me distraigo en su pecho, tiene un dige con forma de cerebro. Frunso el seño y trato de generar un plan para tocar esa piesezita sin que se vea tan degenerado de mi parte. Emmy sigue hablando y hablando sobre la primera impresión que le dió mi familia.

-Debo admitir que me sorprendió cuando tú mamá dijo "uno de mis esposos", creo que se equivocó o algo por el estilo.

-No.

-¿No? ¿A qué te refieres?

Aparto todos mis pensamientos y limpio mi mente de cualquier pensamiento que pueda agobiarme o hacerme sentir nervioso. Dirijo mis ojos hacia los suyos y eso parece sorprenderla.

-No solo los hombres pueden tener diversas parejas. Mi familia es un ejemplo. Está constituida por mi madre y tres hombres más. Por cierto, no quiero una charla de moral por esto, por favor.

Su expresión es una de incredulidad y creo que se debe a mi última expresión.

-Te daré una clase de moral si la necesitas. Aparte, yo no soy quien para juzgarle. Si eso los hace feliz, eso no debe de importarme.

En el Jardín ‡Frey Stein‡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora