25- "Señores Dupont"

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FREY STEIN

20 días después...

El frío es bueno.

Siempre he vivido bajo éste clima y cuando acierto a salir de éste clima, vuelvo y recaigo como una ruleta rusa.

Pero así como es bueno, también aburre y dan ganas de buscar algo mejor.

Hoy en la mañana llegaron unos pasaportes falsos para mí y para Emmy. He estado organizando unas pequeñas vacaciones para que ella se relajé un poco y se olvidé de todo esto.

La miro desde el marco de la puerta del baño mientras ella se termina de cortar el pelo. Según ella, estaba más largo de lo que le gustaba y que quería tener un cambio de apariencia.

—Te está quedando bien. Tal vez te deje cortar las puntas de mi pelo—Ella me mira por una fracción de segundos y me sonríe abiertamente. Luego del incidente con el guardabosques y de sus náuseas continúas, ella ha estado más relajada e incluso seso el vómito. Según dijo Mayne, el vómito era por el estrés y la ansiedad.

—Creo que tú deberías cortarte más que la punta; unos centímetros menos no te harán daño—Camino hasta posicionarme a su lado mientras me observó en el espejo. Si, necesito más allá de la punta.

Mi pelo está rozando mi hombro y la pequeña cola que hago en la parte de arriba, me hace parecer a Eren Jagger del anime favorito de Kaia.

—Ash, yo me estaba acostumbrando a tener esta colita allá arriba—Tuerso los labios tratando de imitar una de las caras que ella hace cuando quiere algo.

—Hay que admitir que te queda sexy, pero tienes que cortarte unos 5 o 6 centímetros—Sacude sus hombros y mira el resultado en el espejo.

—¿Así que me veo sexy con esta cola?—Me acercó por detrás y coloco mis manos en su cintura y mi cabeza en su hombro— Tú te ves sexy con ese corte—Emmy pone sus manos encima de las mías y empieza a balancearse de un lado a otro frente al espejo.

—Gracias, y si, si te ves sexy con ese peinado. ¿Tienes algún plan para hoy?—Pregunta dándose la vuelta y plantando un pequeño beso en mis labios.

Últimamente nuestros planes van desde salir a dar un paseo al bosque; tratar de patinar en el arroyo que hay cerca; leer los libros que hay en la pequeña biblioteca de la cabaña y enseñarle a Emmy inglés un poco más fluido.

Siento que cuando estaba en la universidad le tenía ganas a sus profesores y su fetiche era estar con uno. Ustedes saben de lo que hablo.

Asiento robándole otro pequeño beso un poco más lento y pausado. Mi lengua se abre paso entre sus labios y empieza una pequeña danza con la suya, para luego finalizarlo con una pequeña mordida en su labio inferior.

—Tengo una idea que te va encantar.

—¿Enserio? Dímela y veo si acertaste—Dice soltándose de mi agarre y arreglando el lugar donde se cortó el pelo.

—A ver—hago como si estuviera pensando—Tiene que ver con el sol... La arena... Agua caliente... Hoteles... Y un pequeño avión de por medio.

Al instante Emmy se voltea hacia mi con los ojos casi saliendo de sus órbitas.

—¿¡Un viaje a la playa!?—Suena emocionada y lo confirmo cuando se impulsa y brinca hacia mi. Sus piernas rodean mis caderas y sus brazos mi cuello, mientras ella imparte muchos besos por todo mi rostro—.

—Si. Y solo seremos tú—Beso la punta de su nariz—Yo— beso la comisura de sus labios—Y el sol cálido— uno nuestros labios en un beso fogoso. Bajo mis manos a sus nalgas y la sostengo de allí mientras las acaricio levemente.

En el Jardín ‡Frey Stein‡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora