[Capítulo Veinte: Unión Concertada.]
La intensidad de la tenebrosa mirada de su hermana era... Aterradora. No se escatimaba en emplear sus "dones" paranormales con el fin de causar un aura intimidante, incluso en casos mayores, afectaba el ambiente, clima u objetos a su alrededor. Si algo había aprendido en su joven vida, era no provocar la ira de la pelimorada, nadie podía ganarle... NADIE. Esa fue la primera lección que entendió a la mala, hubo muchas más, sin embargo, el dilema actual radicaba en cómo escapar de su familiar y salir vivo. Se negaba a matarla, no era por sentimentalismo o hermandad, ninguno de los dos compartían algo especial más allá de lazos sanguíneos, sino porque Gaz sería muy capaz de atormentarlo aún después de la muerte. Y claramente, el homicida no quería caer en ese terrorífico suplicio.
El sonido del tacón detonaba la impaciencia de la mujer gótica, a lo que Dib se rindió momentáneamente solo hasta pensar en qué hacer, pese a ello, el estruendoso ruido de un motor dio lugar a un leve grito y a un fuerte impacto del que fue víctima su hermanita menor. Totalmente perplejo, el de gabardina negra atestiguo como un automóvil chocó abruptamente a la pelimorada, a lo que velozmente fue auxiliarla. Mientras tanto, un pequeño robot bañado en cenizas, salía del automóvil balbuceando incoherencias, tratando torpemente en mantener su propio equilibrio y dando repetidas vueltas.
- ¡WIii!. ¡Gane el juego de los autos chocones!. -expresó en un tono infantil, haciendo una pose victoriosa- ¡Y mande a volar a perros, gatos y niños vendiendo helado..!. ¡También a una mangosta!.
- Tsk, ese irken malagradecido tenía razón, es imposible solucionar tu estupidez. -gruñó molesto, verificando el estado de su hermana- Solo recibió el golpe del impacto, debería estar bien. -suspiró ligeramente aliviado- Gir, sube ese cuerpo al auto y no lo despiertes. ¿Oíste?.
- Mmmmmm..... No lo sé.
- Si lo haces, te daré permiso de jugar con el peluche de tu amo. -le mintió amablemente, nadie podía jugar con su chico espacial, después de todo, era su legítima propiedad- ¿Qué dices?.
- ¡Está bien!. -asintió acatando la orden, ilusionado porque tal vez podría ver de nuevo a su amo.
- Estúpido robot. -murmuró con el ceño fruncido, tomando en brazos a su hermana y dejándola en un lugar cercano, pero visible- Lo siento, Gaz, supongo que tu también me odiarás por lo que le haré a papá. -acotó malhumorado, dándole la espalda- Si te vuelvo a ver, no dudaré en matarte. -suspiró pesadamente, encaminándose al auto- Aunque te pases toda una vida fantasmagórica o dentro de mi propia conciencia atormentándome.
La profunda necesidad de sentir la presencia de su némesis, estaba asfixiándolo, el pequeño muñeco sabía muy bien que ese era un síntoma de abstinencia, era sencillo reconocer las señales que producía su "cuerpo" al estar lo suficientemente alejado de su humano cabezón, generando un contradictorio sentimiento de alivio e ira. Concentró su atención en la humana que descansaba pacíficamente en la cama, estaba recuperándose favorablemente luego de ser rescatada de las llamas por dos horribles humanos que la atendieron y le dieron los mayores cuidados. La puerta de la habitación se abrió brevemente, dejando ver al detective que tomó con sumo cuidado al peluche mientras que entre susurros le rogaba que no gritara o hiciera una rabieta, lo cual el irken obedeció sin rechistar, después de todo, necesitaba hablar con el castaño ya que su plan de destruir a Dib había fallado.
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Persecución & Venganza [ZaDr]
Fanfiction[AU] Una serie de siniestros y sangrientos asesinatos se han llevado a cabo durante los últimos años, despertando el temor entre las personas al notar posteriormente la aparición de los cadáveres en las alcantarillas. No había duda, un maniático hom...