Persecución & Venganza [ZaDr]

~022~

[Capítulo Veintidós: Dolor Compartido.]

Expergiscimini.

[Despierta.]

En medio de la absoluta oscuridad, finalmente pudo recuperar la conciencia, mientras que una profunda y grave voz retumbaba incesantemente dentro de su cabeza, ordenando que retomara sus sentidos. Con temor a que todo se tratara de un efímero sueño, el extraterrestre movió sus extremidades para tener el control total de su cuerpo, y grande fue su sorpresa al tener plena libertad de sus movimientos lo que le permitió simultáneamente abrir sus ojos.
Prontamente su campo visual se extendió, provocando una justificada desesperación por salir de ese reducido espacio que lo aprisionaba, el de piel verdosa y ojos magentas comenzó a golpear ese muro invisible que resultaba ser un resiste cristal, por lo cuál prosiguió a empujar una y otra vez hasta quebrarlo.

Foedus autem eiusmodi morbum sanare et eliminated loop.

[El pacto ha sido completado y el lazo eliminado.]

Consiguió recuperar el aire, eliminando esa sensación sofocante que lo asfixiaba reemplazándola con una plenitud similar a cuando nació de esa cápsula artificial. El pequeño irken intentó ponerse en pie, consiguiéndolo entre tambaleos, mientras que su pak se reiniciaba y recobrar sus propios recuerdos, finalmente pudo recuperar su cuerpo, ya no era un muñeco... ¡Era libre!.

Ipsum corpus liberum erit.

[Mátalo y el cuerpo es libre de ser tuyo.]

Nuevamente aquella demoniaca voz se imponía dentro de su mente, podía escucharla con claridad, incluso su cuerpo reaccionaba a la orden encomendada por ese entidad. Sin saber qué hacer, contempló sus alrededores con el fin de acostumbrarse a caminar, procesando toda la información junto a un cúmulo de sentimientos adquiridos en su etapa de rehén. La balanza estaba a su favor, finalmente podía vengarse del humano cabezón por sí mismo, pero antes jugaría con él, después de todo, la venganza era dulcemente tentadora. 

El superficial ardor que se adhería en su piel era producto de una efectiva medicina que paulatinamente curaría sus heridas, sin embargo, el investigador privado no le dio relevancia de inmediato, estaba frustrado al punto de comportarse como un infante, no haría un berrinche, pero el cúmulo de impotencia, tristeza y desesperación cegó su sano juicio, trayendo como consecuencia una serie de lesiones que obtuvo por enfrentarse apresuradamente con el jefe mafioso. ¿La razón?. Simple, quería escuchar la supuesta verdad que le habían ocultado, pero ante la constante negativa del albino perdió los estribos, desatando así una pelea entre ellos, la cual tuvo como ganador a su padrino.  A pesar de la pequeña contienda, tenía la ligera sensación de haberse desahogado entre los contados golpes proporcionados, como si fuera una especie de descargo.