Persecución & Venganza [ZaDr]

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[Capítulo Uno: Descenso a la Locura.]

La determinación corría por sus venas, mientras que la transición natural de la luz del día daba paso a la oscuridad de la noche, las horas prácticamente se fueron acumulando para terminar de perfeccionar los últimos preparativos que eran indispensables para dar inicio a su plan. El humano de proporcional cabeza tenía entre sus manos una diminuta prenda que era casi idéntica al uniforme militar que usaba diariamente el invasor, de hecho, era la misma tela solo que estaba reducida y puesta en un pequeño muñeco digno a la apariencia de Zim, simulando cada minúsculo detalle.

Y no solo eso, cada parte estaba cosida a mano, no había sido nada fácil para el de lentes encontrar las telas necesarias para imitar la gama de colores del irken, incluso se encargó que el relleno fuera suave, pero con varios mechones de su cabello azabache, esto con el afán de crear un "vínculo" o mejor conocido como "amarre". Así una vez completado el ritual, el extraterrestre estaría obligado a no alejarse de él, incluso desarrollaría sentimientos amorosos hacia su persona. Le emocionaba la idea de tener exclusivamente a Zim... ¡Solo para él!

Las horribles bolsas debajo de sus ojos valieron la pena al ver el resultado, sostenía con delicadeza el nuevo recipiente que haría de "cuerpo" para el alienígena, una sonrisa siniestra se dibujó en sus labios, todo estaba preparado. Entre penumbras, dibujó un extraño símbolo en el piso, utilizando su propia sangre como dictaba el libro, a continuación colocó el muñeco junto unas pocas velas encendidas, y comenzó a recitar al pie de la letra las estrofas para el llamamiento al ente paranormal que cumpliría su deseo.

"Obsecro mystica potens sit mortos der excedere inferias dare animam merito meo sacrificium offero sanguine ut officium coniungendi cum me in aeternum." Zim «Respondendum est. nomen ab hodie, et cras in perpetuum, quod est vinculum non poterunt, donec unus ex duobus perit. "

Tras finalizar el cántico, las velas se apagaron, causando que la reciente oscuridad fuera atravesada por los imponentes rayos que iluminaron parcialmente la habitación, dejando anonadado al chico gótico que miraba expectante como el muñeco se elevaba entre sobrios destellos, y cobraba vida propia. ¡La invocación había sido un rotundo éxito!. Después de unos cuantos minutos, el espeluznante ambiente fue decayendo a uno mucho más calmo, contuvo su respiración, evitando exaltarse, estaba presenciando la adorable, y divertida movilidad de ese recipiente que ahora tenía el alma de su más grande enemigo.

- ¿Zim? -llamó dudoso al muñeco, acercándose lentamente hacia él- ¿Eres tú? -pregunto esperanzado, esperando una contestación.

- ¿Huh? ¡AH! -chillo asustado el muñeco, impresionado por la altura del humano- ¡¿Mono Dib?!

- Fufu~ -sonrió complacido, tomando en brazos al pequeño invasor- Te ves muy lindo en esa forma, Zim. -comentó con sinceridad, abrazándolo contra su pecho.