[Capítulo Dieciséis: Coerción.]
A veces el sufrimiento a largo plazo es ineficiente, dependiendo de las circunstancias o si el motivo es suficientemente volátil, la tortura pese a ser una efectiva herramienta de sumisión, pasa a segundo plano, convirtiendo la voluntad del torturado de un quiebre a un odio absoluto. Tal vez eso era lo que jugaba a favor del irken, después de todo, fue entrenado para ser un invasor innato, soportar todas las clases y distintos tipos de dolor estaba en el reglamento, por lo que rendirse ante una forma de vida repugnante e inferior como lo era Dib, era prácticamente INACEPTABLE. Sin embargo, estaba acorralado por aquel lazo de sentimientos que le había impuesto el humano, pero ya no más, finalmente pudo tomarlo de rehén para que le devolviera su cuerpo, y deshacerse de su némesis permanentemente.
A comparación del extraterrestre, el amante de lo paranormal estaba sumido en sus vacíos pensamientos, recuperándose lentamente de las graves lesiones que tenía en la totalidad de su cuerpo. Le costaba reaccionar, incluso dudaba si estaba vivo o no, pero al escuchar la dulce y vengativa voz de su amado enemigo, regresó en sí. Todavía respiraba. No obstante la duda seguía siendo la misma: ¿Planear con frialdad o ceder una vez más ante sus impulsos?.
- ¿Quieres... que te devuelva tu cuerpo?. -cuestionó sorprendido, mientras una media sonrisa se dibujaba en su ensangrentado rostro- ¡Hahahaha!. -carcajeó- Oh~ Eres un pequeño bastardo adorable~ -lo miró con falsa ternura- Hace mucho tiempo que me deshice de él, luego de estudiar tu fascinante anatomía alienígena.
- Entonces Zim no tiene razones para dejarte vivo, humano. -sentenció fríamente, sin mirarlo. No quería saber si su grandioso cuerpo había sido mutilado o imaginar las atrocidades que pudo haber atravesado- Supongo que el pacto que hiciste se acaba si te elimino. ¿Cierto?. -interrogó con una débil sonrisa- Y si destruyo esto. -señaló el brillante anillo dorado que colgaba en su cuello.
- Haz lo que debas hacer, lagartija del espacio. -lo desafío con burla, sin esquivarle la mirada- Pero si te deshaces de mi, nunca sabrás cómo conseguir un nuevo cuerpo. -acotó, ganándose la completa atención del peluche- Vamos, adelante.. ¡Mátame!. -insistió nuevamente, alentando a su rival a que tomara una decisión.
- ¡Me rehúso! ¡Solo aceptaré mi verdadero y magnífico cuerpo!.
- Como quieras, no es mi problema, pero un cuerpo humano es mejor que ser un muñeco parlante.
- ¡MIENTES!.
- No lo.. -
- ¡CALUMNIAS! ¡INVENCIONES!.
- Por Saturno, Zim. -se quejó ligeramente irritado, sintiendo una vez más esa sensación tan nostálgica y familiar- Déjame terminar de hablar. -refunfuño- Vaya, si que tienes serios problemas para escuchar...-
- Habla ahora o despedazaré esa gigante cabeza tuya. -amenazó con una sonrisa perversa, necesitaba sonar intimidante.
- Como sea. -suspiró brevemente, ignorando las tiernas amenazas del alíen, esa faceta suya la encontraba encantadora- No miento, mi amor. ¿Quién crees que puso tu alma en ese muñeco en primer lugar?. El procedimiento no difiere demasiado en un cuerpo humano, pero... -
- ¡No hagas pausas dramáticas, trucos extraños o te aniquilare!.
- El problema es el recipiente, básicamente al supuesto nuevo cuerpo que utilizaras. -explicó en términos simples, para que el contrario comprendiera con facilidad- Deberá entregártelo voluntariamente o carecer de un subconsciente activo, pero es muy probable que puedas conseguirlo con mi ayuda. ¿Qué dices?.
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Persecución & Venganza [ZaDr]
Fanfic[AU] Una serie de siniestros y sangrientos asesinatos se han llevado a cabo durante los últimos años, despertando el temor entre las personas al notar posteriormente la aparición de los cadáveres en las alcantarillas. No había duda, un maniático hom...