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[Capítulo Veintitrés: Amor Momentáneo.]

La insignificancia de una acción tan simple e inocente como lo era un beso, supo dejarlo estático, sabía perfectamente que no existía ningún sentimiento amoroso o malicioso de por medio, quizás solo: "¿Gratitud?". "¿Retribución?". No comprendía con exactitud las acciones del alienígena, tampoco quería desmoronarse mentalmente debido a un gesto de cariño, por lo que desvió toda su atención en los documentos y anotaciones ocultistas que yacían sobre la mesa. Apenas transcurrió alrededor de un día desde que el invasor se instaló en su departamento, el tiempo prácticamente voló al conversar sobre el proyecto y planes que usarían para detener a Dib Membrana, incluso dejando al irken maravillado ante la idea de retribuir el tortuoso castigo de ser un peluche a su némesis. Teniendo la aprobación de ambos para proseguir con lo constatado, el castaño de ojos azules abandonó la sala de estar sin antes avisarle a su invitado que haría un par de llamadas.

En cambio, el pequeño invasor asintió silenciosamente moviendo la cabeza, estaba lidiando con el repentino y complejo suplicio al conservar un fugaz sentimiento romántico por su desquiciado rival, tal vez siendo un efecto adverso al haber estado atrapado tanto tiempo en el cuerpo de un apestoso muñeco obligado a "amar" a su dueño. Deambuló entre algunos objetos que le pertenecían al detective, no quería ceder ante un estímulo falso y afectuoso que supo lastimarlo tanto, se aferraba fielmente a su orgullo para acabar con cualquier adversidad. Simultáneamente una imagen captó su interés, en ella estaba retratada una aparente familia que sonreía a la cámara, sólo reconocía a su reciente aliado que era abrazado por dichas personas. No obstante, como si fuera una frágil decoración que decoraba el cuadro, se hallaba un brillante colgante de color dorado junto a un dije de girasol, el de ojos magentas y piel verdosa no pudo evitar tomarlo entre sus manos, maravillado.

- ¿Qué es esto?. -miró fijamente el dije, interesado en lo brillante y frágil que era- Es bastante bonito, me recuerda un poco al anillo que me dio... -detuvo sus palabras, no quería recordar a su archienemigo, lo odiaba- ¡Por Irk!. ¡¿Qué me hiciste, estúpido humano cabezón?!. -gruño en voz baja, maldiciendo en su lengua madre.

- Zim, acabo de hablar con.. -interrumpió el castaño, encontrándose con su invitado sosteniendo un viejo recuerdo suyo- ¿Te gusta?. -preguntó con una melancólica sonrisa, aquel preciado objeto le traía muy buenos recuerdos.

- Solo llamó mi atención, ten. -contestó ligeramente avergonzado, extendiendo el colgante para que el contrario lo tomara- Zim te lo devuelve.

- Te mostraré algo. -tomó un extremo del colgante, obligando al irken a que no soltara la otra parte, para luego abrir cuidadosamente el girasol- "You are my sunshine". -repitió lo que tenía la dedicatoria interna- ¿Bonito, eh?.

- Detesto que los humanos sean tan primitivos, tienen tantos lenguajes y modo de comunicarse. -bufó- ¿Qué significa?.

- Eres mi rayo de sol. -volvió a sonreír, sin soltar en ningún momento el objeto- Tiene un significado más profundo, básicamente simboliza una forma de amar completamente inocente y amorosa.

 -volvió a sonreír, sin soltar en ningún momento el objeto- Tiene un significado más profundo, básicamente simboliza una forma de amar completamente inocente y amorosa

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Persecución & Venganza [ZaDr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora