Capítulo 9

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Nos llevamos a Noah con nosotros en el coche para dejarlo de paso en el colegio. Una vez aparcamos, se despidió de nosotros y avanzamos hasta el instituto.

Bajé del coche junto con mi hermano y dijimos que nos veríamos más tarde en la cafetería. Lyn me esperaba al otro lado de la acera donde aparcamos con los brazos cruzados y el ceño fruncido, ya estaba de nuevo enfadada.

—¿¡¿¡¡Se puede saber por qué mierdas no respondes mis mensajes?!?!? -rodé los ojos. Me molestaba que me hablase así, gritándome.

—Perdón -me limité a decir y avancé hasta adentrarme al interior del instituto. Noté la mirada de Lyn encima de mí, esperando una explicación.

—¡Pero bueno! ¿Es que no me vas a decir nada? ¿Qué te pasa, Jane? -me paré rápidamente, me giré para encararla y hablé:

—Me fui a casa de Darik. Por la noche me fui a un bar a beber y olvidar. Después volví a su casa y al día siguiente ya me fui a mi casa. Mi madre empezó a pegarme y decirme de todo, Jacob se dio cuenta y ahora estamos tratando de marcharnos de ese infierno de hogar, ¿Contenta? ¿Algo más que quieras saber? -bufé y seguí caminando.

No tenía ganas de aguntar el mal humor que solía tener casi todos los días. Me parecía gracioso porque Lyn era la que me preguntaba a mí que qué me pasaba, ¿Y si es a ella la que le pasa algo y por eso está así? Pero claro, no se da cuenta de eso y piensa que soy yo. O... A lo mejor sí soy yo... Dios, que lío.

—L-Lo siento...  No lo sabía, me siento muy mal. No te volveré a presionar para que me cuentes algo... -asentí sin muchas ganas para que parase de disculparse- Y... ¿Sabéis dónde os vais a ir?

—No -negué- no tenemos dinero. Mi hermano dijo que dejaría los estudios para ponerse a trabajar, pero se lo impedí. No quiero que esté de nuevo sin estudiar. Así que los fines de semana nos pondremos a trabajar los dos y cuando juntemos un poco de dinero...

—Yo tengo una idea mejor -me giré bruscamente para mirarle ante eso que dijo- mis padres tienen una casa aquí, está más o menos a unas manzanas de mi casa. Esa casa es de Aiden y mía, está a nombre de mi hermano porque es el único mayor de edad, pero en cuanto cumpla yo los dieciocho la pondrán también al mío. Os podéis quedar allí si queréis, nosotros no la utilizamos. La tenemos para cuando queremos hacer fiestas sin que mis padres se enteren -rió- así que, es toda vuestra mientras que la situación en vuestra casa mejore o hasta que tengáis el suficiente dinero para iros a una casa o donde queráis.

Definitivamente, a Lyn se le había ido la cabeza.¡¿¿¡Cómo nos íbamos a meter en una casa que no era nuestra!?!?

Ella me seguía mirando atenta en busca de una respuesta:

—Yo te doy las gracias, de verdad... Pero no, no vamos a aceptar eso... Gracias enserio, pero eso es mucho Lyn -avanzamos por los pasillos hasta llegar a nuestra clase y durante ese trayecto, empezó a decir alegatos para convencerme y terminar aceptando, pero siempre se lo negaba. Al final, Lyn se dio por vencida, le costó aceptar que no nos íbamos a quedar en aquella casa, pero luego lo entendió.

Era un bello gesto por su parte, lo mejor que alguien ha podido hacer por mí, pero no podíamos aceptar, era aprovecharse de nuestra amistad y de su buena honestidad.

La mañana pasó muy aburrida, tomando apuntes y atendiendo a los profesores, alguno que otro me llamaba la atención por estar hablando con Lyn, pero no podíamos evitarlo.

Llegó la hora de la cafetería, el descanso, y salimos hasta corriendo de clase, odiabamos venir al instituto pero no por lo que se estudiaba, o por los profesores, sino por la gente, los alumnos eran los típicos niños que te miraban por encima del hombro. Insultaban, pegaban y amenazaban a cualquier tipo de persona que no tuviese dinero, que fuese de otro país, que fuera muy delgada o muy gorda. Las chicas, eran demasiado pijas. Hacían grupitos entre ellas y se la pasaban humillando cuando iban todas en grupo. Te insultaban o pegaban si no tenías dinero o las mirabas mal.

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