Creo que por la cara que me puso Lyn cuando entré al aula toda avergonzada dictaminó que estaba molesta conmigo, a lo mejor estaba así porque Darik le había llamado para saber por qué no estaba en casa esta mañana cuando pasó a por mí.
El profesor ni se dignó en echarme la bronca, me miró por encima del hombro y siguió con la clase una vez me senté al lado de Lyn, la cual no tardó mucho en arrancar una hoja de su cuaderno y escribir algo en ella. Unos pocos minutos después, tenía la nota encima de mi mesa:
"¿Se puede saber dónde estabas? Darik no ha parado de llamarme y enviarme miles de mensajes, diciendo que le dijera dónde te encontrabas. Se ha presentado y todo en mi casa, ¡Menuda mañana llevo! Y encima mis padres me han echado la bronca. Darik apareció muy nervioso y con muy poca educación... Estoy realmente molesta."
Y con razón que se enfadase, yo en su lugar estaría igual que ella. Después de leerla con detenimiento, escribí: "Perdóname, te prometo que te voy a recompensar muy bien, de verdad. Dios, qué loco se pone a veces Darik... Ahora en el descanso te cuento."
Le lancé la nota pero no cayó donde yo había calculado, de hecho, cayó en la mochila de una chica, Lyn enseguida rodó los ojos y pasó sus manos por toda la cabeza con una notaria desesperación. Mi cabeza solo podía pensar en una cosa ahora mismo:
¡¿¿¡¡¿ENSERIOO?!!??! ¡No se podía tener tan mala suerte!
Rápidamente dirigí mi mirada hacia Lyn, para ver si a ella se le había ocurrido algo para recuperar la nota, pero por la cara que me puso, deduje que no. Estábamos igual de sorprendidas como para poder pensar ahora mismo:
-Señoritas Evenson y Sallow, ¡Silencio, por favor, si no quieren que las amoneste y las expulse una semana! -dijo de repente el profesor dándole un golpe a la mesa que reconozco que me asustó. Lyn y yo asentimos a mala gana y nos hicimos un gesto de que después, hablaríamos con aquella chica.
***
—¡Oye! -dijo Lyn llamando la atención de la chica- Perdona, dentro de tu mochila me parece que hay una hoja pequeña que nos pertenece. Sé que puede sonar raro, pero se nos cayó dentro cuando ella me la pasó a mí... ¿Te importaría dárnosla? Es algo importante -la chica se nos quedó mirando, inspeccionándonos de arriba a abajo a las dos, Lyn y yo entrelazamos miradas, ansiosas por ver qué tenía planeado hacer, hasta que decidió hablar:
—¿Y por qué tendría que daros a vosotras nada, eh? Haber apuntado bien, a mí no me molestéis con vuestros juegos de niñas pequeñas -escupió de una forma muy maleducada, nosotras no íbamos a ser menos, y cuando estábamos a punto de contestarle y replicarle, se dio media vuelta y desapareció, dejándonos con la palabra en la boca:
—¡Pero bueno! ¿Quién se cree que es? Esto no se va a quedar así... -dije soltando toda la furia que cargaba dentro, mientras tomamos rumbo hacia la cafetería, nuevamente.
—Déjala, Jane. Que haga lo que quiera con la maldita nota -noté algo de tristeza en sus palabras. Iba caminando, mirando hacia la nada, perdida en sus pensamientos, sentía que me estaba ocultando algo...
—Lyn, ¿Te encuentras bien? Tienes mala cara... ¿Ha pasado algo? -dirigió la cabeza hacia mí y negó con una sonrisa bastante forzada.
—Bueno... En mi casa están habiendo problemas ahora mismo y me preocupa que Aiden pueda hacer alguna tontería. Le quiero mucho y sé que convivir sin él sería una pesadilla... Jane, no quiero que se marche de casa -dijo sollozando y tomándome por la muñeca para abrazarme.
—Tranquila, Lyn. Tú me has dicho lo importante que eres para él, no creo que te deje sola, sea la circunstancia que sea, hazme caso -asintió alejándose de mí- Venga, vamos a almorzar, te invito yo -le guiñé el ojo y sonrió.

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Nueva vida
RomanceAdmito que nunca quise vivir en Nueva York, que yo amaba California, que jamás quise estar allí, pero ahora que sé quién está en esta ciudad... No quiero irme jamás. Porque él me ha sacado de algo que nadie en todo este tiempo ha podido. 𝖈 𝖍 𝖆 𝖔...