Empezamos a hablar de todo un poco, hasta que mi hermano decidió conocer un poco más de el hermano de Lyn:
---Y bueno, ¿Qué te cuentas, Aiden? -preguntó amable.
---Pues... No mucho, la verdad. Hace poco dejé el trabajo para retomar mis estudios y... Aquí estoy -contestó sonriendo y juro que se me mojaron las bragas, o sea, ¿Qué puta perfección era esa? ¿De qué planeta venía este ser?
---¿Tienes novia? ¿O novio? -preguntó de nuevo Jacob. Entrelazó varias miradas rápidas conmigo y maldije a mi propio hermano. Aiden, en cambio, mantenía la mirada sólo en mi hermano.
---Novio no, yo soy hetero -contestó riendo- Y novia... Bueno, algo hay -dijo mirándome de reojo.
¡Pero bueno! ¿Esta gente dónde tenía el disimulo? ¡Era increíble! Sólo faltaba poner un cartel en el que dijese: ¡Casi me follo a tu novia, pringado! De: Aiden
Para: Darikson".Yo le miré por lo bajo, y entonces me di cuenta... ¡De que seguía duro! Demasiado duro, a decir verdad. ¡Por dios, qué vergüenza! Suspiré un par de veces, me froté los ojos y volví a mirar: Sí, no me equivocaba. Yo no estaba loca. Seguía bien <<de momento>> y él, ¡Estaba tan duro que parecía que rompería el uniforme y saldría aquella bestia parda!
---¿Estás bien? -me preguntó de repente Aiden, dándose cuenta de a dónde miraba. O sea que ¿Seguimos con jueguecitos, no? Vale, tú lo has querido.
---Claro, ¿Por qué iba a estar mal? -respondí sin pensarlo dos veces.
---Claro, cómo vas a estar mal teniendo a tremendo dios griego a tu lado -contestó, con una cara de superioridad y egocentrismo. Los demás rieron.
---Sí, la verdad que estar al lado de Hank es todo un detalle -contesté, dándole la venganza que se merecía. Los demás como locos empezaron a silbar, gritar, abuchear y aplaudir, diciendo que había ganado yo. Sonreí con malicia y alzando una ceja, mientras le sostenía la mirada a Aiden el cual, al ver el alboroto que se formó por mi respuesta, asintió y alzó los hombros en modo de derrota. Pero eso sí, sin nunca perder aquella sonrisa que te hacía bajar al infierno y volver.
---Eres muy dura, Jane -afirmó esta vez en un susurro para que sólo lo escuchase yo.
---Oh, no sabes cuánto... pero más dura te la pongo, ¿no? -contesté en un susurro también. Nada más decirlo me maldije a mí misma. ¡Cómo se me ocurrió decir eso! ¡Era un pensamiento tuyo Jane, no había por qué sacarlo a la luz!
Este se mordió el labio inferior y cuando me quise dar cuenta, su mano estaba en mi rodilla, ¿¡¡¿Qué cojones hacía?!!!?!
Era el mismísimo diablo, y sabía muy bien qué hacer o cómo hacer para tocar mis puntos débiles. No quería ponérselo tan fácil, pero con sólo sentir el roce con su piel y la mía, yo podía dejar de respirar ahí mismo. Me volvía loca, era un roce cargado de muchas cosas que a lo mejor ahora no era capaz de descifrar, pero una sí la sabía: deseo.Nos deseábamos muchísimo, y eso se notaba. No quería que los demás se dieran cuenta de nada, sobretodo Lyn y Darik.
Entonces, como si me hubiera leído el pensamiento, comenzó a mover la mano lentamente hasta llegar a mi ridícula minifalda del uniforme. Estaba en la parte superior de mis muslos, yo empecé a removerme en el sitio, mi cuerpo no paraba de mandar escalofríos por todos lados.
Cuando Aiden iba a llevar la mano hacia dentro de la minifalda, tocó el timbre del fin del descanso y la vuelta a clase. Este bufó mirándome, con los ojos cargados de mucha pasión y deseo. No voy a mentir, no sólo él se quedó con las ganas de más, yo admito que también.Nos levantamos todos, aunque Aiden tardó un poco más ya que no quería que vieran su tal erección. Yo reí a carcajadas por eso, e invité a que se levantara:
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Nueva vida
RomanceAdmito que nunca quise vivir en Nueva York, que yo amaba California, que jamás quise estar allí, pero ahora que sé quién está en esta ciudad... No quiero irme jamás. Porque él me ha sacado de algo que nadie en todo este tiempo ha podido. 𝖈 𝖍 𝖆 𝖔...