Han pasado unos dos meses desde que empecé el instituto, no hay nada en especial, ni nada interesante que me pase. Lyn y yo en clase no solemos hablar mucho, aunque en las interminables y horribles clases del Sr. Davis a veces sí.
Nosotras atendemos y tomamos apuntes, la mayoría de veces lo copia una y luego se lo pasa a la otra, nos vamos turnando. Tener a una chica como Lyn al lado es una bendición, sin duda, la mejor amiga que he tenido en toda mi vida.
En el recreo nos seguimos yendo con los chicos, cogí más confianza con Hank y descubrí que tenía un corazón enorme, era muy buena persona. Con Steven lo intento, pero ese chico me supera, yo no puedo soportar a una persona tan infantil, me es imposible. Y las cosas con Darikson han seguido estupendas, llevamos sólo un mes y medio saliendo y juro que estoy en las nubes. La forma en que me mira cada vez que hablamos, cómo me besa con esa intensidad, esos ojazos, lo bien que nos complementamos en la cama,... creo que me he enamorado muchísimo de ese chico.
Aún seguía sin conocer a Aiden, ya ni le preguntaba a Lyn, empecé a pensar que se habían inventado que tenía un hermano, me parecía muy raro que llevase los dos primeros meses de clase sin venir o que no me lo haya cruzado por la ciudad.
Lyn me comentó que en poco se reincorpora, al final sí habló con sus padres y después de una discusión, entendieron el sufrimiento y agobio de su hijo y hasta ellos mismos le obligaron a que dejase el trabajo en la gasolinera. Ahora mi amiga estaba muy contenta por su hermano, pero preocupada por si en casa hacía falta dinero y no había.
Así que a mí se me ocurrió una idea para ello: ponernos a trabajar nosotras.
Podía sonar estúpido o sin sentido, y realmente era así, pero siempre nos acompañabamos la una a la otra en nuestras ideas locas y esta no iba a ser menos.
No fue un trabajo como tal, empezamos limpiando un bar, al final, el jefe nos puso de camareras, pillaron a Lyn haciendo cosas de mayores en los baños de este y nos despidió a las dos, sí, ella no se podía estarse quieta.
Después de aquello, ya nadie nos ha querido contratar, porque aunque sea una ciudad, los rumores se siguen comentando por los institutos. Todos la miraban con cara de deseo o con cara de asco, a veces le gritaban "z0rra" o "pvta".
Teníamos que aguantar eso casi todos los días, hasta que un día, en la cafetería a la hora del recreo, un chico dijo: "eh, tú, perra, ¿Cuánto por una noche?"
Y esa fue la última que aguanté.Sé que no me lo decían a mí y que a lo mejor por eso no me tenía que meter, pero no me hacía ninguna gracia que después de un mes siguieran con eso, además le habían provocado muchos problemas a causa de eso a Lyn: le daba asco cuando se miraba al espejo, ni se quería tocar, cada vez que le decían esas barbaridades ella sólo asentía, se pensaba que se merecía esas palabras, y a mí no me daba la gana de que ella siguiera así.
Así que me acerqué a ese chico y le giré la cara de un sólo golpe. Un silencio en toda la sala. Ni un ruido. Ni un suspiro. Sólo un golpe que hizo que todos se callaran por primera vez, así que, ya que ahora sí que me iban a escuchar, aproveché para hablar:
—¿Enserio os queréis tan poco que tenéis que meteros con otras personas para complaceros a vosotros mismos? ¿Enserio? ¿Tanta pena dais? Pena, asco y un poquito de lástima es el único afecto que os tengo, anda, meteros en vuestra vida y dejar que los demás hagamos la nuestra... Y, no os engañéis, no os jode otra cosa que el hecho de que ella haya follado y vosotros no -carcajeé y me volví a sentar en la mesa donde siempre nos solíamos poner.
Ese día le eché un par de ovarios y me enfrenté a todos esos pesados y pesadas, desde aquel día dejaron en paz a Lyn, así que con eso ya me valió.

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Nueva vida
RomansaAdmito que nunca quise vivir en Nueva York, que yo amaba California, que jamás quise estar allí, pero ahora que sé quién está en esta ciudad... No quiero irme jamás. Porque él me ha sacado de algo que nadie en todo este tiempo ha podido. 𝖈 𝖍 𝖆 𝖔...