Llegamos a casa, tenía una tensión en todo el cuerpo que en cualquier momento las piernas me podían fallar y me quedaba como un palo clavado en el suelo. Me reí por mi propio pensamiento, me causó gracia aquello que pensé. Jacob se giró a mirarme y no me puso muy buena cara, yo alcé los hombros y este negó con la cabeza <<a veces me recordaba a un abuelo, no entendía mis gracias, ¡Era un aburrido! Pero admito que sin ese abuelo aburrido yo me moriría>>
Entramos en casa y lo primero que vimos es que Hank ya no estaba. Supongo que Gabi, mi tía, le echó cuando llegó a casa.
Noah y mi tía estaban sentados en el sofá, en frente de la televisión. Noh tenía una sonrisa encantadora, lumínica, demasiado grande a decir verdad y llena de mucha mucha felicidad. Ahí afirmé que mi tía no le había contado nada y la verdad que lo agradecí.
Realmente eso es algo que teníamos que decirle Jacob y yo, así que fue un gesto por su parte que nos respetara y decidiera no decir nada.
—¡Chicos! ¡Qué grandes estáis! Tenía muchas ganas de veros -comentó Gabi una vez nos vio entrar a casa. Se levantó y empezó a darnos muchos besos y abrazos.
Yo estaba rígida, como si cuando bajase la guardia me fuera a pegar, dar un empujón u otra cualquier cosa. Reconocí y me di cuenta que, a partir de la muerte de papá y el comportamiento que tomó Grace desde entonces conmigo, hizo que yo me volviera un témpano de hielo.
¡Odiaba eso! No tenía sentimientos, sí los tenía, pero era como que los guardaba para mí. Dejé de confiar en la gente por culpa de aquella mujer la cual yo hacía llamar "mamá". <<Bien, necesitaba hablar con la inspectora Miller>>.—¡Cariño! Soy yo, soy tu tía Gabriella, ¡Gabi! -dijo mi tía al ver que no reaccionaba como esperaba.
—Lo siento mucho, de verdad. Lo que pasa es que... -bajé mi voz, Noh estaba cerca y no quería que se preocupase- lo estoy pasando muy mal. Necesitaré un tiempo para volver a confiar en la gente, no todos son tan malas personas como Grace.
—Es normal Jane, yo no hubiera soportado tanto como tú. Cada vez que venía a veros y os llamaba, teníais caras normales, como si no lo pasaras mal. Dios, fui tan tonta... Si me hubiera dado cuenta antes, no estarías así.
—No debes culparte ahora de esto, Gabi -le dije transmitiéndole cierta confianza y seguridad- sabes que tú no has tenido la culpa de nada. Además, estás aquí para mejorar este hogar y para ayudarnos, te conozco y sé cómo eres. Papá estaba muy orgulloso de ti y ahora, muchísimo más.
Mi tía asintió, tenía unas lágrimas traicioneras que amenazaban con salir, pero ella rápido se limpió y volvió a abrazarme:
—Muchas gracias Jane. Te prometo que a partir de ahora todo irá bien -dijo y se separó de mí.
Jacob ya estaba en el sofá hablado con Noh y viendo una película.
—¡Hola Jane!
—Hola Noh, ¿Cómo estás? -pregunté sonriéndole.
—Estaba con Hank, cuando de repente tía Gabi tocó la puerta. La tía le dijo a Hank que muchas gracias por cuidar de mí, que ya se podía ir a su casa, ¡Hasta le ha dado dinero! -afirmó ofendido- pero lo pasamos muy bien.
—Me alegro. Me voy a la cama, estoy cansada -dije yéndome hacia las escaleras.
—¿Ya te vas? ¿No quieres cenar nada? -preguntó Gabi.
—No, no te preocupes, no tengo hambre.
—Jane, avísame si cualquier cosa... -habló Jacob ahora, entendí todos los sentidos que tenía esa frase. Nosotros hablábamos en clave cuando pasaban cosas así y Noah no podía saberlas.

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Nueva vida
RomanceAdmito que nunca quise vivir en Nueva York, que yo amaba California, que jamás quise estar allí, pero ahora que sé quién está en esta ciudad... No quiero irme jamás. Porque él me ha sacado de algo que nadie en todo este tiempo ha podido. 𝖈 𝖍 𝖆 𝖔...