Capítulo 15

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Recogimos a Noah de casa de su amiga y entró al coche con una sonrisa de oreja a oreja, lleno de positividad:

---¡Noh! -dije una vez se sentó en la parte de atrás en el asiento del medio- ¿Cómo te lo has pasado?

---Ha sido... Increíble -describió llevando los ojos de un extremo a otro, como buscando las palabras para explicarse- Ella es tan...

---¿O sea que estás enamorado? -habló ahora Jacob, cortándole. Noh asintió tímidamente, sonrojándose.

Llegamos a casa, y como era de esperar, Grace ya no estaba en aquello que llamábamos hogar.

---¡Mami! Ya estam- dejó de hablar mi hermano menor una vez vio que mamá ya no estaba en casa- ¿D-Dónde está mamá? -preguntó girándose hacia Jacob y hacia mí, con una expresión de preocupación y al mismo tiempo miedo.

---Se habrá ido a comprar o algo, no te preocupes Noah -le dije, aportándole confianza. Asintió y se subió a su habitación.

---¿¡¡Para qué le mientes?!? Eso sólo va a empeorar las cosas -Jacob se calló en cuanto le sonó el móvil. Con cierta intriga y desconfianza, sin mirar la pantalla atendió al teléfono.

No quise oír nada, todo iba de mal en peor. No paraba de pensar en que Noah nos iba a coger manía o nos iba a dejar de querer por haberle mentido.
Realmente lo hacíamos por él, era demasiado pequeño e indefenso como para tener que decirle el monstruo que realmente tenía como madre. También sabemos que Noh no es tonto, se da cuenta de muchas más cosas de las que nos gustaría que lo hiciese...

Me dirigí a la cocina, preparé agua caliente y me hice una infusión. Respiré profundamente varias veces mientras cerraba los ojos, necesitaba descansar de todos estos problemas y del instituto.

---Jane -me llamó de repente Jacob- era la policía. Tenemos que ir a la comisaría ahora mismo, mamá está ahí.

Mi cabeza iba a estallar. Me notaba sin fuerza, con ganas de no hacer nada y con esperanzas de que llegase papá y lo arreglara todo como siempre solía hacer, pero eso no pasaría. Ya no.

---¿Y qué vamos a hacer con Noah? No lo podemos dejar solo.

---Ya, por eso he llamado a Hank. Es con quien mejor se lleva y con quien más tiempo pasa, ¿Te parece bien?-asentí y tocaron al timbre. Mi hermano abrió y apareció Hank, con esa sonrisa que te podía sacar de todos los pensamientos malos que tenías en aquel momento.

---¿Cómo estás, Jane? Tienes mala cara -dijo una vez llegó a mí, con cierta preocupación.

---Tengo cansancio, eso es todo -contesté falsamente junta una sonrisa de boca cerrada.

---Bueno, cualquier cosa sabes que estoy aquí. Para lo que haga falta, ¿Vale? -asentí y lo abracé. Me calmaba mucho hablar con él y la verdad, echaba de menos aquellas conversaciones que teníamos cuando quedábamos por las tardes o por las noches.
Aquellas quedadas eran espectaculares: él no paraba de hacerme reír, siempre lo intentaba y también siempre lo conseguía; él se desahoga conmigo y yo con él; veíamos películas y series juntos, dormíamos, cenábamos, íbamos al instituto, estudiábamos... todo, pero juntos.

Hasta que mi hermano empezó a ir al instituto. No digo que fuera su culpa, obviamente no. Lo que pasa que Hank se ha echo más como Steven, el roce hace el cariño y, en este caso, el roce ha hecho la gilipollez en una persona que era maravillosa.

---Ya he avisado a Noah, dice que te espera arriba. Dice si veis una película -comentó Jacob una vez llegó a nosotros.

---Vale, pues luego nos vemos chicos.

Nueva vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora