Cayce y Galilahi.

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La bruja se acomodó sobre su asiento de madera para luego mirarnos a todos y ver si le prestábamos la debida atención y así era, Sedric me ofreció su chaleco de lana porque yo estaba todo sudado, pero me negué porque podía oír el castañeo de sus dientes, mientras tanto Maxi comía su arroz con zanahoria sin perder de vista a la gata, ella carraspeó y comenzó a hablar:

- Hace milenios que se creó el mundo, no puedo asegurar cómo fueron las cosas pero es cierto que los ángeles poblaban la tierra con gracia y amor, plantaban seguridad en la tierra y crearon las estrellas para iluminar la noche, vivían en armonía aunque por su puesto no todos lograban mantener esa paz... -todos vitorearon- Gabriel y Luzbel no podían convivir sin tener sus altercados de por medio, además de discutir tenían feroces batallas a muerte en donde no había un ganador, más bien ambos perdían parte de su escancia con cada gota de sangre derramada, los dos eran los favoritos de todos pero nuestro señor Lucifer lo era aún más, Gabriel, celoso lo inculpó de un crimen imperdonable y este fue sentenciado a gobernar el inframundo como castigo, lo que significaba un arduo trabajo... pero para no estar solo se creó compañía.

Los demonios parecían entusiasmados.

-Estaba furioso y eso le volvió un ser creativo y poderoso -prosiguió ella- es bien sabido que la ira es nuestra fiel compañera y que es capaz de activar solidez en nosotros, primero se apoderó de la confianza de la gran Lilith, quien fue rechazada por el paraíso como la entretención de Adán, convirtiéndola así en su compañera y juntos le dieron vida al infierno, fui de los primeros seres en pisarlo junto con mi gemela Galilahi, ella era una bella mujer que siempre me ayudó a mantener el orden de las cosas y disfrutábamos raptando ángeles.

Era cierto que la ira había activado en mí los instintos que tanto anhelaba mi padre presenciar.

- Esto es mejor que una película -me comentó Maxi muy interesado masticando.

- Galilahi era experta en defensa y yo en ataque, juntas éramos invencibles y Lucifer vio potencial en nuestra unión así que decidió que era mejor fundirnos... pero no queríamos perder la compañía de la otra y accedió a dejarnos conservar nuestras cabezas en un sólo cuerpo... ambas creamos vida, miles de demonios que poblaran el infierno, pronto tuvimos más compañeras, la gran Elly Kedward, Ebony Sawyer, Lorna -en seguida eso hizo ruido en mi cabeza- y muchas más que pasaron a formar parte de nuestro aquelarre... Lucifer pensaba en que el inframundo se estaba quedando sin espacio y creó seis puertas más en todo el mundo para que pudiésemos salir a atormentar a los humanos y a los ángeles a nuestro entorno y así ya no sólo el ejército se alimentaba de las almas en pena, pero los mortales eran fuertes e inteligentes, hubieron grandes batallas con el paso de los años.

- Que intenso -me dijo Maxi.

- Hace diez mil años, varios nos establecimos en bosques y subterráneos como un refugio, Lucifer eligió a su fiel amigo Azazel Mortensen para que tomara el control del imperio más grande de demonios en la tierra y eso derivó en un reino que ha pasado de generación en generación a los Mortensen, algunos profanaron las escrituras infernales pero siempre hemos salido de los problemas todos juntos, fue entonces que el rey Mefistófeles Mortensen heredó la corona y nos elevó en la cadena alimenticia y pasamos a la cabeza de la jerarquía infernal.

- ¿Mefistófeles? -pregunté a nadie exactamente.

- El rey, que en paz descanse, me nombró así en honor a su propio nombre-sonrió la cierva gigante llamada Mefisto.

- Actualmente nos regimos por normas para no ser extintos y somos cada vez más débiles, los humanos tienen armas que pueden herirnos y tienen a los ángeles de su lado ¿Tenemos la culpa de ser creados?, claro que no, es un placer haber sido creada del corazón de nuestro amo y señor Lucifer -agregó la felina- ¡Costillas!, que vergüenza, fuimos creados desde su propia alma.

El Reino de Morte (l)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora