Taehyung se encontraba en su oficina, tamborileando los dedos sobre el escritorio con una expresión de frustración. Los papeles desordenados se extendían frente a él como un mar caótico que reflejaba su estado mental. La luz del sol filtrada a través de las persianas arrojaba sombras en el suelo de mármol, acentuando el desorden y el nerviosismo que llenaban la habitación.
—Es urgente buscar una nueva asistente —dijo Taehyung, con la voz cargada de cansancio. —No puedo seguir llamando a Ji Eun cada vez que algo se descompone. Apenas han pasado dos días y ya se está convirtiendo en un problema.
Namjoon y Yoongi, sus primos y confidentes, entraron en la oficina con una mezcla de preocupación y curiosidad. Namjoon, el mayor de los tres trató de calmar la situación con una sonrisa comprensiva.
—Como sea, Taehyung, cálmate. ¿Cómo te fue con tu esposa?
Taehyung se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en el escritorio, y soltó un suspiro exasperado.
—Ay, Namjoon, ese día... Si no fuera por el calendario, por el recordatorio en mi teléfono, ni siquiera me habría acordado. Soy terriblemente olvidadizo.
Yoongi, el primo más joven, no pudo evitar soltar una observación mordaz.
—Al final de cuentas, da igual. Todos sabemos por qué te casaste con ella. No es por amor.
Taehyung frunció el ceño, claramente molesto, pero mantuvo la calma.
—Yoongi, cálmate. Ella y yo somos una pareja normal. Además, yo sí quiero a Soo Hee, pero no de una manera tan romántica. Es más... fraternal —dijo el fiscal, su voz endurecida por la tensión.
Namjoon le lanzó una mirada seria.
—No te preocupes, primo. Vinimos a hacerte compañía, solo eso.
El trío perfecto —Kim Tae Hyung, Kim Nam Joon, y Kim Yoon Gi— compartía una historia de vida que los unía más allá de la sangre. Taehyung había estudiado Derecho y Relaciones Públicas, Namjoon era Ingeniero Industrial, y Yoongi acababa de graduarse en Arquitectura. Aunque sus caminos eran diferentes, siempre podían contar el uno con el otro.
Un golpe en la puerta interrumpió la conversación. Ji Eun, la secretaria, entró con una expresión preocupada y extendió un portafolio con los documentos.
—Fiscal Kim, las firmas de estos documentos no coinciden —dijo, su tono mostrando la frustración que ambos compartían.
Taehyung tomó los papeles con un gesto cansado y los acercó al triturador de papel, viendo cómo se desintegraban en pedazos. La oficina estaba en silencio, salvo por el suave murmullo del tráfico afuera, creando una atmósfera tensa.
—Lo siento, tráeme las copias. Los firmaré de nuevo —ordenó, su tono cargado de determinación.
—Están en el sobre lateral, ya tienen el sello del despacho Nacional —dijo Ji Eun, con una sonrisa que intentaba ser reconfortante antes de salir de la oficina.
—Astuta —comentó Yoongi con una risita.
—Prevenida, joven Kim —corrigió Ji Eun, retirándose con una sonrisa profesional.
Namjoon, con una expresión de preocupación, cambió de tema.
—¿Cómo está el niño? —preguntó, con un tono que trataba de ser ligero.
Taehyung sonrió ligeramente, aunque su cansancio era evidente.
—Está bien, crece cada día más. Aunque es complicado, trato de darle un ambiente familiar. Si ustedes no supieran la historia, pensarían que es mi fiel retrato.
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Fiscal Kim - Taekook
FanfictionKim Tae Hyung, el fiscal más reconocido de todo Corea del Sur, casado y con un hermoso hijo, está a punto de entrar en política, después de mucho esfuerzo lo logrará, pero como siempre hay desventajas detrás de la política. ¿Qué sucederá cuando pa...