La tarde estaba helada; la nieve comenzaba a caer lentamente, anunciando la llegada del invierno y, con ello, un cumpleaños que Taehyung preferiría olvidar. Mientras caminaba hacia el restaurante donde se reuniría con sus primos, el viento frío le cortaba la piel, y su abrigo largo apenas lograba mantener el calor. Sabía por qué querían reunirse, pero intentó no darle importancia. Conocía bien a sus primos: eran insistentes. Pero él era más terco.
—Estamos aquí para hablar del festejo por tu cumpleaños, Taehyung —anunció Namjoon apenas se sentaron, con una sonrisa que no admitía discusión. Junto a él, Yoongi, su esposa Soo Hee, lo observaban con expectación.
—Es cierto, empiezas como vicepresidente en un mes. Debes celebrar esto bien, es tu triunfo —añadió Yoongi—. Además, viene tu cumpleaños 26.
—Saben que desde hace años no celebro mi cumpleaños —replicó Taehyung, su voz cargada de desaprobación—. Los regalos, la celebración, todo es un asco. Es cegador... abrumador.
—¿Y hasta cuándo seguirás en el mismo plan? —intervino Yoongi con un deje de impaciencia—. Tú mismo lo dijiste, Tae, han pasado años; con este ya son seis que no lo celebras.
Taehyung suspiró, sus ojos perdiéndose momentáneamente en el vacío.
—No me gusta celebrarlo. La última vez que lo hice, era un chiquillo que cumplía 20 años... ingenuo, torpe, demasiado sentimental, y loco por las bandas de música. ¿Y qué pasó? Todos saben esa historia.
Namjoon, que había permanecido en silencio hasta ahora, se inclinó hacia adelante con una expresión decidida.
—Bueno, este año lo celebras. —Su voz era firme, inapelable—. Te volviste fiscal hace un año, Taehyung, y ahora serás vicepresidente. Esto es lo que somos los Kim: fuertes, sin temor, con seguridad.
Taehyung lo miró con intensidad. Había una verdad incómoda en sus palabras.
—Sí, y sabes que si fuera por mí, habría dejado de apellidarme Kim hace seis años. Pero está bien, Namjoon, lo celebraré. —Su voz, aunque resignada, llevaba un tinte de convicción—. Tienes razón, mi sueño de toda la vida se cumplió. Esto debe celebrarse.
A medida que las conversaciones continuaban y las risas llenaban la mesa, Taehyung sintió una vibración en su bolsillo. Sacó el teléfono y leyó el mensaje:
*"Señor Kim, el puesto de asistente ya fue ocupado. Me avisa si usted viene para preparar al chico."*
*"Sí, Ji Eun, regresaré al despacho."*
—Al parecer, tengo nuevo asistente —bufó, tratando de sonar indiferente—. Vamos a ver cuánto dura este.
—Es bueno, Taehyung —añadió Soo Hee con una sonrisa suave—. Ahora él podrá ayudarnos a organizar la fiesta de cumpleaños. Espero que sea una buena persona, cariño. Ve con cuidado.
Taehyung se levantó de la mesa, dejando un par de billetes sobre la misma antes de girarse hacia Soo Hee. Le extendió su tarjeta con un movimiento práctico.
—Paga el almuerzo y regresa a casa, la tarjeta es por si necesitan pagar el local o algo para la celebración, aunque todavía falta tiempo. Debo volver al despacho ahora —dijo, inclinándose para darle un suave beso en la mejilla, un gesto que se sentía más mecánico que afectuoso.
Ella sonrió, una sonrisa tranquila, acostumbrada. A pesar de estar casados, ambos sabían que lo suyo era una unión más de conveniencia que de amor. Él tenía sus aventuras, relaciones fugaces que duraban una noche o unos días. Ella lo sabía y, para sorpresa de muchos, no le importaba. Su matrimonio había sido arreglado desde un principio, una alianza de poder entre familias; y para ocultar la deshonra de Soo Hee, el amor, para ambos, era algo irrelevante.
ESTÁS LEYENDO
Fiscal Kim - Taekook
FanficKim Tae Hyung, el fiscal más reconocido de todo Corea del Sur, casado y con un hermoso hijo, está a punto de entrar en política, después de mucho esfuerzo lo logrará, pero como siempre hay desventajas detrás de la política. ¿Qué sucederá cuando pa...