VII: OJOS ESTRELLADOS - ACTUALIZADO

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Gracias a @DaneryMartinezFlores por leer y comentar en la obra 

Cuando Hyun Jin finalmente se marchó de la oficina, la tensión aún persistía en el aire. Soo Hee decidió esperar fuera del despacho mientras su esposo se reunía con el Consejo de Ministros. Sabía que no podía quedarse mucho tiempo; tenía planes de pasear por la caótica Seúl con Han Su. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de irse, el teléfono de Taehyung sonó, y se detuvo. Observó desde el pasillo cómo Hyun Jin no se había alejado demasiado. Él permanecía en el edificio, esperando pacientemente a que Taehyung estuviera solo.

Ella confiaba en Taehyung. Se quedó cerca del despacho, viendo a Hyun Jin entrar de nuevo. Fue entonces cuando notó a Jungkook. Lo observó con detenimiento, y el sentimiento familiar la golpeó con fuerza.

Cuando Soo Hee vio a Jeon Jungkook, recordó algo que había intentado enterrar durante años: Taehyung nunca había dejado de amarlo. Ella lo sabía desde hace mucho. Incluso cuando ella se enamoró de Taehyung, él estaba con Irene, pero luego llegó él... Jeon Jungkook. Su gran amor, y lo sería hasta el último día de la vida de su esposo.

Con un suspiro, Soo Hee comenzó a salir del Palacio de Justicia, dejando a su esposo solo con sus pensamientos. Mientras tanto, dentro de la oficina de Kim, el fiscal se frotaba la frente con las manos, sintiendo cómo el peso de la amenaza de Hyun Jin se hacía más denso.

—Es simple, Taehyung —dijo Hyun Jin, su voz destilando desprecio—. En cuanto te pongan la banda vicepresidencial, deberás nombrarme como el nuevo Fiscal de la Nación. Yo te ayudé a llegar hasta aquí. Me lo debes.

—No lo haré. Alguien como tú solo arruinaría todo lo que he intentado hacer este último año por el país —respondió Taehyung, sus ojos ardiendo de furia contenida.

—Taehyung, es algo que me debes. Si no te nombraran vicepresidente, podrías continuar en tu cargo, pero necesitas delegar a otra persona. ¿Por qué no a mí?

—Ya te dije que no. Tú solo quieres el poder para sacar provecho de todo lo que hay de por medio —dijo Taehyung, su mirada fija y desafiante.

Hyun Jin sonrió, pero sus ojos reflejaban su creciente molestia.

—Mira, Taehyung —dijo con un tono más duro—, o encuentras la manera de que yo llegue a ser el Fiscal, o voy a sacar cosas de tu pasado que, te apuesto, no son nada difíciles de averiguar.

—Haz lo que quieras, Hyun Jin, no me importa. Tengo mi pasado bien limpio, así que en tus trampas no voy a caer —sentenció Taehyung con firmeza. Abrió la puerta de su despacho, indicando a Hyun Jin que se marchara—. Te voy a rogar que te retires.

Hyun Jin salió con un gruñido, claramente frustrado. Taehyung, todavía con la ira bullendo bajo la superficie, se encontró con Jungkook en la puerta.

—Joven Kim, los miembros del tribunal pidieron el traspaso de la reunión para mañana —informó Jungkook, manteniendo su tono profesional.

—Bien, es mejor así. Jungkook, ¿Dónde están mi esposa y mi hijo? —preguntó Taehyung mientras se abotonaba los puños de la camisa, su voz dura y distante.

—Salieron hace un rato. Me dijo que estarían paseando por la N Seoul Tower, que allí lo esperaría —respondió Jungkook. Notó el rostro sombrío de Taehyung y sintió una punzada de preocupación.

Taehyung lo observó por un momento, notando que Jungkook parecía distraído.

—Jungkook, ¿me estás escuchando? —chasqueó los dedos frente al joven.

—Lo siento, Joven Kim. Mis pensamientos me distrajeron un momento —se disculpó rápidamente.

—Te decía que puedes retirarte por hoy. No se descontará de tu día —finalizó Taehyung, girándose para regresar a su oficina solo para regresar con su cárdigan en una mano y su portafolio en la otra.

Fiscal Kim - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora