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Scarlett.

Temprano me he dado un baño para comenzar fresca las actividades del día.

He compartido desayuno con mi prometido y su hermano, ambos se miraban como dos rivales dispuestos a avergonzarse cada tres palabras, he notado la lucha de alfa que imaginaban que tenían, sin embargo no era más que un acto ridículo de dos seres indeseables.

Colin es un caballero y en cuanto he apretado levemente su mano ha dejado a Robert tranquilo, sin embargo eso no cambia el hecho de que se comporta como un cavernicola.

He caminado por el jardín luego de eso. He esperado la mañana entera por el picnic con Elizabeth.

Estuve sentada junto a un árbol escribiendo un poco cuando divisé la silueta de Balbina a lo lejos.

El sol quemaba casi tan brillante como el alba, sólo que con la notoria diferencia de temperatura y rocío en el césped.

-Scarlett, querida. ¿Podemos charlar? - Asentí lentamente.

Se sentó a mi lado con tranquilidad y ambas observamos el cielo en silencio. Creo que distingo a que ha venido, lo noto... Es aquella conversación que he recibido de mis padres cuando me encontraron con aquella muchacha hija de la familia con la que cerrarían un trato.

Obviamente el trato con la familia de Brianne Sidonie Desaulniers fue cancelado luego de encontrar a las hijas menores de cada familia amandose en un granero.

Cobie Smulders no corrió con la misma suerte... Mis padres se encargaron de enviar a aquella sirvienta a la guillotina.

Estaba tan loca por ella, aunque ella fue quien me enseñó el mundo del que jamás pude escapar... No la culpo, ella extrañaba a su antigua novia extranjera de la que siempre hablaba.

Cometí el error de asustarme ante eso, hasta que noté que me gustaba... Pasamos dos semanas juntas y fue único, tan mágico e idílico.

Besar la piel suave de una mujer... Es una mezcla de todo lo maravilloso que hay en el mundo.

-¿Te gustan las... Mujeres? - Preguntó rápidamente.

La observé aterrada, no supe que decir... Sin embargo sabía que responder aunque no quisiese aceptarlo.

-¿A quién no? - Pregunté. - Somos una especie única...

-Lo somos. - Murmura ella. - ¿Elizabeth es objeto de tu deseo?

-No es un objeto de deseo, es más allá de eso... Elizabeth es como una obra de arte digna de analizar una hora tras otra.

-Ha llorado toda la noche. - Murmura ella. - No quiere verte.

Mi corazón se ha sentido destrozado tras aquellas declaraciones.

No tenía esperanza alguna de que mi alma flechada por sus encantos pudiese ser correspondida, sin embargo duele como sí realmente hubiese perdido algo que me pertenecía.

En el fondo quería pertenecerle.

-No ha sido mi intención incomodarla. - Murmuré. - Voy a casarme con Joseph en primavera.

-No deberías. - Murmuró ella. - Deberías tomar a Elizabeth e irte con ella lejos de aquí.

-¿De qué habla, ma'am? - Insistí con intriga.

-Sé como te sientes, alguna vez tuve una... Amiga de esas. - Murmura. - Me la arrebató un alma despiadada, la recuerdo con amor... Ella jamás dio mi nombre, prefirió morir antes de que me atrapen también... Yo era una mujer casada y tenía a mi hijo. - Murmuró. - Es la ley de la vida... Amores como éstos están destinados a ser trágicos, pero no quiero eso para Elizabeth, sí hubiese podido elegir un hijo, ella habría sido mi elección. - Murmuró.

Medievales ; scarzzie. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora