19°

2K 339 343
                                    

Elizabeth.

-Theo, querido. No corras tan rápido. - Regañé al pequeño de un año y medio.

Él sólo soltó una risita mientras continuaba corriendo y haciendo ruidos de avión.

Mi matrimonio con Joseph fue hace una semana y tal vez hoy a la tarde regresemos con Scarlett a la cabaña, es una alegría inmensa... Extraño sus labios pegados a los míos en la noche, extraño despertar entre sus brazos y darnos baños juntas mientras Joseph juega con Theo.

Balbina continúa en su habitación recostada, aparentemente el doctor ha dicho que si continúa sin obedecer sus ordenes... No le queda mucho. Debe reposar y Joseph se ha encargado de mantenerla allí.

-Querida, Elizabeth. - Murmuró Joseph. - Debemos irnos, sin embargo... Me quedaré un par de horas para poder... Cuidar de mi amada Balbina, ¿necesitas que envíe a alguien de regreso contigo y Theo?

-No, querido. Todo está bien. - Murmuré.

-Entonces los llevaré a la salida. - Murmuró besando mi cabello. - ¿Pequeño Theodore? - Preguntó y nuestro hijo se giró en su dirección.

Corrió hasta Joseph y él lo levantó rápidamente.

-Su abrigo está en el perchero del salón. Iré con él, te veo en el auto... Gregory los llevará.

Asentí lentamente y besé su mejilla antes de caminar hasta la escalera y descender.

Extrañaba dormir con Scarlett, realmente disfrutaré la noche a su lado escuchando como su corazón late con parsimonia.

Luego de bajar la escalera y recorrer el largo pasillo hacía la entrada, la puerta fue abruptamente abierta.

Tras ella Margareth con un vestido rojo.

Me detuve en seco y ella me observó con una expresión extraña.

-¿Qué haces tan bien vestida? Me voy por dos años y al regresar la servidumbre cree que puede igualarnos. - Murmuró con acidez.

-Cuide su vocabulario, ma'am. - Espeté.

-¿Vocabulario? ¡Que vas a saber tu de Vocabulario! Inmigrante. - Se burló.

-Sé más de lo que cree, me he superado, ma'am. Y sí me disculpa, el chofer me está esperando para irme con mi hijo.

-¿Hijo? - Preguntó. - Engañaste a mí pobre muchacho. ¡Mereces ir a la guillotina!

-Su muchacho me engañaba, y usted sabe perfectamente con quien. - Gruñí molesta. Ella levantó su mano y la detuve. - No se atreva.

-Sueltame. - Forcejeo para que suelte mi agarre en su muñeca. - ¿Quién te haz creído que eres? ¡No eres más que una muerta de hambre! - Gruñó.

-Es mi esposa y la madre de mi hijo. - Irrumpió Joseph. - Margareth, le pido que guarde su compostura, ésta es mi casa y nadie volverá a faltarle el respeto a mi amada. - Murmuró con un tono duro.

Caminé hasta mí con Theo en brazos quien venía apoyando la cabeza en su hombro. Estiró el brazo e hizo que me aferre a el.

-Querida, Gregory espera. Vámonos. - Murmuró besando mis labios suavemente.

Me tomó por sorpresa, solamente nos habíamos besado al momento de casarnos y un par de veces en sociedad para no quedar como farzantes.

-¿Cuántos meses tiene? - Preguntó Margareth y sentí el brazo de Joseph tensarse.

-No es de tu incumbencia.

-Podría ser mi nieto.

-No, es adoptado. Lo adopté y luego me casé con Elizabeth. - Murmuró molesto. - Déjanos en paz.

-Se parece a mi hijo. - Dijo rápidamente. - Una madre jamás olvida el rostro de su angelito.

Joseph apretó levemente sus dientes y me entregó al pequeño plácidamente dormidos.

-¿Tu angelito? ¿Angelito con el cuál te acostabas? He sido un caballero, Margareth... - Espetó con una risa nerviosa. - Pero ya no más, mi hijo no tiene nada de parecido al tuyo, y si insistes no me queda más que darte veinticuatro horas para decirle a mi padre de tus aventuras con Robert, espero que lo hagas y te largues.

-No sé de que hablas.

-Sabes bien de que hablo. - Se acercó hasta ella intimidandola. - Tú te acostabas con él, pretendías asesinar a Elizabeth y mi padre para asumir como la viuda y el hijo del difunto, se casarían y todo tendría un sentido... ¿No? ¿Qué harían con mi amada Balbina y conmigo? ¿Asesinarnos?

-No sé de que...

Joseph golpeó la pared provocando que Theo se despierte sobresaltado y busque refugio en mi pecho.

-¡No mientas! ¡Yo sé lo que planeaban! ¡Los escuché! - Gruñó con fuerza. - ¡¿Está muerto tu bastardo?! - Gritó acorranlandola.

Ella no contestó.

Caminé hasta el auto rápidamente dejando a Joseph en su momento de furia... Jamás lo había visto tan alterado, y realmente me preocupa su reacción... ¿Qué más sabe?

¿Por qué nos ocultó ésto?

Theo observa la ventana del auto en silencio y al ver a Joseph salir sonríe.

Joseph sube al auto y se sienta a mi lado tomando mi mano.

-Gregory está buscando unas cosas que le enviaré a Scarlett. - Murmuró. - Llegaré a más tardar mañana... Debo estar aquí cuando Margareth hable con mi padre.

-Todo saldrá bien... - Comenté acariciando su cabello.

Él asintió dejando un beso en mi mejilla y luego en el cabello de Theo quien de inmediato tomó su corbata para llevarla a su boca.

-Pequeño eso es de tu padre, no va en tu boca. - Comentó con una sonrisa encantadora.

Joseph era un gran hombre, me hubiese enamorado de él sí mi corazón no le perteneciera a Scarlett.

-Los veo pronto, ángeles. - Se despidió.

Salió del auto y me dejó aquí meditando que sucedería allí dentro.

-Señora Jost, la llevaré a la cabaña. ¿Todo va bien?

-Sí, Gregory. Gracias.

Theo se acomodo contra mí en cuanto el auto comenzó su camino.

Sólo anhelo llegar donde Scarlett lo más pronto posible y refugiarme en sus brazos.

-Mami. - Murmuró mi pequeño. - Ma. Mi. - Sonrió y yo lo imité.

-¿Yo? - Pregunté y él negó.

Entendí a quien se refería de inmediato, sin embargo com Gregory aquí no podía mencionarla... Ella estaba muerta según todos, y Gregory tuvo que asumir que murió cuando viajamos ambas y por eso me he casado con Joseph.

-Ma. Mi. -Repitió bostezando y enterrando su manito regordeta entre sus rizos de oro como le repetia Scarlett.

-Mami... - Repetí y besé su rostro.

Espero llegar pronto con ella.

Nota de autor:

Les comento que no queda mucho, no entiendo por que ahora mis historias son tan cortas aaaa.

-Codex.

Medievales ; scarzzie. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora