Medievales ; scarzzie.

12°

Scarlett.

Caminé con Balbina por toda la sastrería, el encargado de modelar mi vestido era el mejor sastre del pueblo, sin embargo Joseph insistía en algo de París.

Balbina analizaba mis movimientos, sabía que ella esperaba una confirmación que ambas sabíamos que debía ocurrir.

-Necesito huir. - Murmuré. - Con ella, lejos...

-Lo entiendo... Organizaremos algo. - Murmuró ella fingiendo ver las telas. - Joseph quedará destrozado...

-Y lamento ello... No es un mal hombre. - Suspiré. - Pero no quiero volver un día y saber que Elizabeth ha muerto a manos de Robert... Probablemente ahora la esté golpeando y yo debo estar aquí fingiendo querer casarme.

Era verdad, era una verdad dolorosa.

-No permitiré que vuelva a levantar su mano para ofender la honra de Elizabeth... - Murmuró Balbina. - Tengo un hogar a donde pueden huir. - Murmuró. - Las ayudaré.

-Querida Balbina... Debo besar el suelo por donde haz de pisar, eres como un ángel, un ser divino enviado a socorrer a mi pobre amada.

-Necesitaremos una excusa... Una gran fiesta que provoque el extravío de ambas por unas horas...

-Una fiesta para su hijo. - Murmuré.

-Una fiesta de celebración...

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Elizabeth.

-¡Por favor, detente! - Supliqué.

Recibí otra bofetada en respuesta. Margareth le ha dicho a Robert que he robado una de sus joyas. Lo cual es mentira... No las necesito, ella me ha pedido que vaya a su habitación por una, he obedecido para traersela y evitar problemas.

-¡¿Por qué robas?! ¡Eres una mal agradecida! ¡Te saqué de la miseria!

Suelta una patada certera en mi abdomen provocando que me ahogue debido a la falta de aire que ha provocado.

Toma mi cabello y me jala contra la pared.

-Eres una estúpida. No debería haberme casado contigo.

-¡Entonces déjame ir! - Gruñí con dolor.

-No. Me perteneces hasta el día en que mueras... - Gruñe contra mi cuerpo. - Levanta tu vestido. - Gruñe contra mi oído y siento el ruido de sus pantalones cayendo al suelo.

En un inicio no obedezco, pero me lanza con brutalidad al suelo provocando que pierda la conciencia.

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Al despertar Robert se estaba calzando las botas de cuero.

-Levántate, quiero la habitación limpia cuando regrese. Llama a alguna sirvienta.

Se va de la habitación dejándome rota, como cada vez que se acerca a mí.

Caminé por la escalera intentando no desfallecer, mi cuerpo dolía por sus golpes.

Me detuve en la entrada al ver a Balbina y Scarlett.

Scarlett corrió hasta mí y me dejé caer contra ella y sus brazos.

Cuando desperté estaba sobre la cama de Scarlett. Balbina y un doctor estaban a mi lado hablando, mientras que Scarlett acariciaba mi mano a mi lado.

Noté que llevaba el pijama puesto e intenté cubrirme, sin embargo Scarlett me sostuvo las muñecas.

-No te esfuerces, tu cuerpo arde en dolor...