¡(천재)! Genius; kth.

Capítulo | veinte.

El sol golpeaba mi rostro y con pereza tuve la intención de girarme para darle la espalda a aquella molesta luz que perturba mi sueño.

El intento fue fallido pues una fuerza externa evitaba cualquier movimiento, al caer en cuenta de eso mi consciente despertaba y al abrir los ojos pude fijarme en el cuerpo a mi lado.

- ¿Ya despertaste? -

Así es, un Kim desarreglado estaba acostado a mi lado, mirándome y obviamente desnudo. Tengo que admitir que me había costado un par de segundos caer en la realidad y las imágenes de anoche pasaron por mi cabeza de forma fugaz.

- Mierda, ¿por qué no me despertaste? ¿qué hora es? - no hice el esfuerzo de alejarme, simplemente me removí estirando mi cuerpo que a pesar de haber dormido estaba muy cansado.

- Son las 10 de la mañana, no te preocupes, se canceló todas las competencias del exterior por el tiempo, aunque mejoró hay pronóstico de lluvia en la tarde. - explicó muy tranquilo aún cerca mío y con una sonrisa. Una sonrisa que no era nada común verla en su rostro.

Sólo por ese detalle cualquier preocupación se fue y me dediqué a apreciar esa expresión. Kim Taehyung estaba sonriendo de forma muy natural, muy sencilla y era envidiable lo bien que se veía.

- ¿Qué pasa? - salí del trance y con algo de fuerza me separé para poder sentarme en la cama. Estaba con su camiseta puesta y con el pelo algo húmedo, a fin de cuentas, nos habíamos acostado cuando el sol ya estaba por salir. No habíamos dormido mucho.

- Nada, es sólo que, pensé que después de esto ibas a ponerte como cuando nos conocimos. Ibas  a cerrarme cada pequeña abertura que había podido conseguir abrir. - me giré para verlo y aún acostado estaba mirando el techo, su sonrisa se fue y con sus manos en su nuca no respondió hasta en un buen tiempo.

- Soy así porque el camino que debo recorrer es peligroso y solitario. Hice cosas malas y debo arreglarlo, además de que busco depender por mi mismo y eso ya es muy pesado como para tener que arrastrar a alguien conmigo. -

Debo ser sincera, no esperaba a que respondiera y en realidad tenía pensado que todo se iba a ir a la mierda con algo como lo de anoche pero siento tranquilidad en el ambiente y eso me hacía sentir mejor.

¿Realmente qué es lo que siento?

Sé lo peligroso que es y entiendo sus palabras pero ¿por qué no quiero huir?

Maldición.

- Yo siempre pensé que las personas con dinero tenían todo muy sencillo. Que en realidad nacían con una vida perfecta y sin complicaciones. Odiaba a todos hasta que conocí a Jihye y a Bomi, fueron las únicas que mostraron humildad y humanidad, los demás solo me miraban con desprecio. - Abracé mis piernas escondiendo mi rostro un poco.- También pensé eso de ti, pensé que no eras más que un chico el cual quiere lucirse y ver como es mejor que todos los demás. Cuando me vi obligada a compartir contigo me di cuenta que lo que no eras del tipo de personas que frecuentan en el instituto, nunca dijiste nada acerca de mi familia, mi dinero o del por qué estoy haciendo todo esto. Eso me hizo bajar la guardia realmente.

Sentí un movimiento a mi lado y cuando levanté la vista, su rostro estaba muy cerca del mío y pude sentir su respiración sobre mis labios.

- No tengo que ver a tu familia, ni tu cuenta bancaria, ni tu futuro para ver lo mucho que vales. - sonrió nuevamente pero esta vez en sus ojos muy cerca de mí pude ver un pequeño destello de tristeza. - Aún así, no puedo pedirte que me acompañes, al menos, no oficialmente por ahora. Tu vida corre peligro y si te ven cerca mio ese peligro aumentará. Sólo te buscan por ser amiga de Jihye, no quiero darles más motivos para que te busquen. -