Jade: Quiero pedirte algo...

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Desde el día de la fiesta no he sabido nada de aquel niño, en cierto punto me agrado su presencia pero en otro punto no, ya que literalmente estuvo pegado a mí, y mi madre me hacía unas cuantas bromas respecto a ello, y era algo molesto, pero no perdí la esperanza de volver a saber de aquel niño.

Un día mi madre me mando a la tienda, así que fui y en el camino iba pensando en él, por qué aquel niño estuvo pegado todo el tiempo a mí, probablemente le gustaba o simplemente tenía miedo de estar solo, pero jamás sabría la respuesta de aquella pregunta; cuando iba saliendo de la tienda un niño me hablo, no lo reconocí por lo pensativa que estaba, solo lo mire confundida y él dijo:

-Hola, soy Ben, el chico de la fiesta-. Lo noté un tanto nervioso y en mi mente trataba de ponerle más atención, y cuando iba a hablar, él dijo:

-No importa si no me recuerdas, yo si te recuerdo...-. Lo interrumpí y le conteste:

-Hola Ben-. Lo reconocí un rato después y me puse demasiado nerviosa, no podía creer que me lo encontraría, de hecho llegue a perder la esperanza de encontrarlo nuevamente, pero el destino lo puso en mi camino nuevamente, probablemente era una señal, pero no soy de las personas que creen en eso.

Ben me comento que era una buena casualidad de habernos encontrado, y que si podía esperarlo para que terminara de comprar para después caminar un rato, yo acepte porque quería que habláramos sobre mis dudas, pero no hablamos de ello cuando salimos de la tienda, de lo único interesante que paso fue que me pidió mi Facebook, le comenté el por qué no me la pidió antes, pero solo se sonrojo, estaba segura que eran por nervios, pero me alegre que ahora si me la haya pedido y podamos hablar de muchas cosas.

Cuando llegué a casa tardo unos cuantos minutos en mandarme mensaje, pero cuando lo hizo me puse demasiado nerviosa, estaba esperando su mensaje y creo que se percató de ello porque le contesté muy rápido; la mayor parte de la conversación fueron preguntas demasiado sencillas, yo quería hablar de algo más, pero no quería ser tan directa, quería que el fuera el que cambiara la conversación, estaba demasiado nerviosa como para yo hacerlo. Minutos después el cambió la conversación y me confeso que el día que nos conocimos fue un día especial para él y que le parecí linda, eso me emociono demasiado y más cuando leí que puso: 'Me gustaría conocerte más', se los digo enserió que cuando leí eso brinque de alegría, en verdad me emocione, jamás me habían dicho ese tipo de cosas, así que tampoco sabía cómo responderle, así que lo deje unos minutos esperando, necesitaba una respuesta muy buena para darle, pero en verdad no se me ocurría ninguna respuesta, así que noté que el también nervioso, ya que me puso:

-¿Hola? ¿Sigues ahí?-. Me desespere y le conteste que había estado pensando en una buena respuesta, pero ninguna de las que había pensado me parecían, así que minutos después no tan satisfecha, decidí contestarle:

-También me gustaría conocerte más, me gusto que nos la pasáramos bien en la fiesta y tu sonrisa me pareció demasiado linda-. No fue la mejor respuesta, pero estaba tan fastidiada de no conseguir una buena respuesta, que opté por una respuesta muy sencilla.

El leyó el mensaje y me dejo en visto por unos cuantos minutos, sentí que merecía una mejor respuesta, así que fui directa, y le pregunté:

-¿Por qué en toda la fiesta estuviste junto a mí? ¿Te gusto?-. Probablemente fui demasiado directa pero necesitaba esa respuesta, me había estado torturando, y este era el mejor momento para preguntar. Y como sospeche el asintió, así que tuve miles de emociones al leer ese mensaje, no sabía cómo reaccionar, ya que me molestaba que mi mamá me hiciera bromas con él, pero leer su mensaje me hizo sentir feliz, así que no sabía qué hacer y ni que sentir en este momento.

Pasaron dos meses después, él y yo hablábamos todos los días, me hacía reír y me sentía en confianza, jamás había sentido tanta confianza y en tan poco tiempo, pero probablemente con él debía ser así y por eso nos juntó. Una tardé el me invitó al parqué a platicar, y yo acepte...cuando fui noté que estaba demasiado nervioso, así que no sabía que esperar de esta platica, probablemente me diría que ya no quería ser mi amigo, o que le gustaba alguien más o simplemente me iba a decir algo lindo, pero no lo sabría hasta que me acercará y le hablara, así que eso hice; estando ya enfrente de él me tomó de la mano, se hinco y dijo:

-Jade, sé que esto es muy confuso para ti, pero quiero pedirte algo-. Lo mire emocionada y a la vez algo confundida. El saco algo de su bolsillo y continúo diciendo:

-¿Quieres casarte conmigo?-. Lo mire, y yo estaba completamente en estado de shock, el seguía esperando mi respuesta, pero yo seguía procesando lo que me dijo...pasaron segundo y minutos, yo no decía nada, hasta que él se levantó y me soltó, reaccione y conteste:

-Si quiero casarme contigo, pero cuando seamos mayores querido Ben-. El me sonrío, me abrazo y me robó un beso, me sonroje y se lo devolví, ambos nos pusimos rojos como tomates y nos agarramos de las manos, nos miramos y él dijo:

-Lo nuestro será para toda la vida, y cuando seamos mayores nos casaremos, y seremos felices-. Yo asentí emocionada, y lo volví a abrazar, tenía nuevamente emociones encontradas, era demasiado lindo lo que acababa de suceder, jamás creí que podría tener un cuento como el de las princesas, parecía que había encontrado mi príncipe y seríamos felices durante mucho tiempo...

Pero...

Todo lo que quisiste serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora