31. La mejor amiga de todas.

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Capítulo 31

La mejor amiga de todas.


No entiendo a Dina, y creo que no la entenderé nunca. Ni ella a mí, si al caso vamos. Pero, aun así, la amo con toda el alma.

No sé qué pretende trayéndome al club de Ángel, solo nosotras dos, y con tanto misterio. Me llamó esta tarde para avisarme que íbamos a salir, sin las chicas. No tenía permitido avisarle a Tori y Harley lo que haríamos. También me preguntó si sabía en dónde estaría Ángel esa noche, no lo sabía, por lo que tuve que llamarlo, hacerle conversación y luego preguntar, como si nada, qué haría esta noche. Cena de negocios. Dina estuvo feliz de saber la respuesta, tendríamos tiempo suficiente y vía libre para hacer lo que ella quería esta. No sé qué demonios es lo que quiere, si se lo preguntan.

No me molesté en arreglarme mucho, según Dina, no haríamos nada que amerite un buen atuendo, cosa que agradezco, no estoy de humor para arreglarme mucho.

Ya dentro del club, vamos a la barra y pedimos una copa, mi amiga me asegura que será la única que tomaremos en la noche porque necesitamos estar lúcidas.

—¿Qué pretendes, Din? —inquiero, no pudiendo aguantar más su misterio. Ella me sonríe.

—Ya verás —avade responderme de nuevo—. Te va a encantar el resultado.

Con un suspiro derrotado, la sigo al área VIP, donde le pide a una de las camareras que le avise a Gabriel que ella está aquí. La chica le da un repaso de arriba abajo con desdén antes de irse, refunfuñando que le hará saber su recado al jefe. Por lo que territorial que suena al decir la palabra "jefe", asumimos que la chica está colada por Gabriel. Aunque a Dina no parece molestarle, más bien la enciende, sonriendo malvada, una promesa de hacerle pasar un mal rato a la pobre mesonera.

—Me gustaría saber a qué me enfrento esta noche, Din —digo, un poco molesta por su silencio—. Me traes aquí a ¿qué? ¿Verte enrollarte con Gabriel? No, gracias.

Dina suspira antes de girarse hacia mí.

—Quiero ayudarte —suelta.

—¿Qué? —Frunzo el ceño.

—Harley me contó lo que trataste de hacer con Jared, y he de decir que estuvo muy mal de su parte no ponerse de tu lado. —Habla tan rápido que tengo que hacer un esfuerzo por seguirle el ritmo—. O sea, el idiota también le está ocultando algo a ella si le guarda el secreto a su hermano, y esa estupidez de que "él no me va a mentir" —río porque imita la voz de Harley muy mal—, ¿se le derritió el cerebro o qué? ¡Todos los hombres mienten! Es un hecho verídico. ¿Por qué demonios esa estúpida va a confía en lo que salga de la boca de Jared? La mitad de las cosas que me dice Gabriel son mentiras y yo sé distinguirlo, no voy a caer tan fácil. Pero Harley, pese a que es mayor que Jared y, se supone, más madura, le permite que le mienta en la cara. —Se deja caer en el respaldo del sofá, resoplando—. Imbécil.

La observo, mis cejas alzadas casi hasta el inicio de mi cabello.

La mesera vuelve para dejarnos en frente unos tragos que no pedimos, avisando que Gabriel los envió y en unos minutos vendrá. Cuando se va, regreso la vista hacia Dina, aún impresionada por todo lo que dijo.

No sé en qué enfocarme, en que me vaya a ayudar o que Harley ande hablando de mí con ella. Asumo que también lo ha hecho con Tori, pero Tori también tuvo que haberse puesto de su lado. Por ello no quería involucrarlas, sabía que habría problemas de alguna u otra forma. Dina, por otro lado, no le teme a nada y hace cualquier cosa que implique peligro.

Cuando todo esté dicho © | Bilogía King, Libro I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora