Matar y Sobrevivir [Dueto Destructores #1]

04. Mila

ꕤ•───────• 4 •───────•ꕤ
MILA

Horas atrás.

Los Hansen somos una "Familia" donde la genética siempre da gemelos, no hay excepciones, siempre salen gemelos.

Tienes dos opciones de vida cuando eres un gemelo Hansen, puedes crecer como una niña mimada con el poder de liderar «Por qué los Hansen son líderes», te enseñarán a ser un gran líder, a agradarle a la gente y todo como si fueras un político. La segunda, es la mía. Te crían como un peón, tienes que ser un arma letal capaz de proteger a tu mitad que liderará, tu único valor es como el guardaespaldas de tu gemelo.

No sé cómo o porqué eligen al gemelo que será el peón, pero a mí me tocó serlo.

Me duelen mis piernas y abdomen después de recibir una paliza «Desde hace años ha sido así» Aunque esta vez tal vez tienen una razón válida, de han descubierto. Cuando me enteré que moriría al cumplir veinte y uno por una estúpida tradición no he hecho más que comportarme como una rebelde.

No iré a Rumania el próximo año, en realidad los gemelos de mi tipo siempre somos sacrificados. Los híbridos Diaxys «Lo que en realidad soy». Algún día fueron los grandes enemigos de los Grosverno «Una línea de cazadores de los que poco se sabe» la contienda terminó y al parecer los que son como yo se convirtieron en monedas de cambio para ellos, para honrar el fin de la guerra.

Estoy parada en la esquina de la gran habitación donde llevarían a cabo mi juicio. La mayoría de los Hansen miran con desaprobación desde que quisieron marcarme con el mismo símbolo que tiene el collar que me dieron cuando me atravesaron con una lanza «Como símbolo de que yo sería la moneda de cambio» me negué rotundamente y mis golpes a Jenna Hansen dejaron claro el mensaje.

Sin embargo, mi juicio no era por eso, algo sucedió hace un año, un terrible acto que marcó para siempre a los Hansen, y puede que mi manera de defenderme ayer me haya delatado.

—Siéntate —me ordenó mi madrastra, Meredith Hansen.

—No quiero —en realidad no podía, me dolían demasiado las piernas para doblarlas, mis golpes no eran evidentes porque las apariencias eran lo que mejor se les daba a los de mi clase, y si me veían llena de golpes la buena fama de los Hansen decaería.

Me rompieron las piernas a golpes cuando no corrí tan rápido como querían, ayer incluso me molieron a golpes entres, aunque me curé rápido el dolor permaneció y por esa razón no pude despedirme de Riven, ni siquiera le puede enviar un mensaje porque me quitaron mi celular al igual que destruyeron mi motocicleta.

El juicio comenzó, me tomaron a la fuerza del codo obligándome a pararme en el frente de la habitación. No había forma de defenderme de lo que era obvio, soy la culpable de lo que sucedió hace un año y hoy estoy aquí para recibir mi sentencia.

Aunque me alegra ver la rabia que ahora sienten los Hansen hacia mí, la cague, y el sacrificio de los que están de mi lado ahora parece haber sido en vano «Soy una idiota».

—Camila Hansen —habló el alcalde pelón de otro pueblo cerca de este—. Se te acusa de la masacre de los herederos ocurrida hace un año. Te negaste a seguir con la tradición, eso no es solo un acto de rebeldía, es una traición y tu condena será de acuerdo a eso. Por lo tanto, se te condena al exilio.

—¿Qué? —me quedé petrificada al oír eso, jamás había escuchado que un Hansen fuera exiliado.

—Ya no eres una Hansen, serás eliminada de nuestro registro como si jamás hubieras existido. Podrás hacer lo que quieras, pero, una semana antes de tu cumpleaños número veinte y uno serás ejecutada —podría mostrarme sorprendida, pero en realidad creí que sería peor.